Martín Shanly: "No hay nada más gracioso que alguien tomándose algo muy en serio"

El realizador de "Juana a los 12" regresa a los cines una década después con "Arturo a los 30", una tragicomedia sobre un personaje paralizado

Camino a una boda, Arturo se ve envuelto en un accidente del cual sale ileso pero cuyo suceso desata una serie de flashbacks que lo obligan a enfrentarse a duelos postergados, así como a aceptar los aspectos más oscuros de su personalidad: así comienza “Arturo a los 30”, película que sigue a “Juana a los 12” y donde su realizador y protagonista, Martín Shanly, vuelve a poner en escena personajes “que no están actuando acorde a su edad, que generan preocupación por no cumplir con lo que uno espera”.

“Una rebeldía rara”, define ese desarrollo frenado Shanly, en diálogo con EL DIA. “Una reticencia a cruzar un umbral de maduración que, en Arturo, muy ligado a un duelo que tiene, un temor a soltar a su hermano muerto”.

El actor y realizador explica que le interesan estos “personajes en crisis, paralizados, que escapan a su propia sombra”, en este caso a partir de una tragedia que Shanly cuenta con crudeza, sin timidez. Pero “Arturo a los 30” es, sobre todo, una comedia, que desde el humor exorciza la muerte. Porque, dice el director, “no hay nada más gracioso que alguien tomándose algo muy en serio. La solemnidad es graciosa”.

El título de la película, que se estrena hoy en cines del país, parece deslizar que Arturo representa una edad, una generación. Pero, dice Shanly, “no quería retratar a una generación, no soy tan ambicioso, ni creo conocer tanto”. 

“Pero sí soy parte de una generación, y creo que de lo particular, de lo puntual, puede emerger una universalidad”, agrega. “Arturo es una persona de un determinado círculo social, pero retratar eso puede resultar que emerja lo universal, eso es lo mejor que puede pasar, que la película resuene en otros círculos”.

Arturo es Shanly, claro: así como en “Juana a los 12” eran su hermana y su madre las protagonistas, aquí es él mismo, una decisión que tomó “por las cosas que estaba mirando: me parecía interesante poner el cuerpo, actuar en algo mío. Cuando era más chico actuaba más. Y supongo que lo extrañé, y también quería actuar con gente que admiro, amigos, estar ahí”.

Pero “hacerlo después fue más complejo de lo que pensaba, la doble tarea fue desafiante”, se ríe. Además, claro, la tarea era más ardua porque la producción fue totalmente independiente: “Arturo a los 30” apareció en Shanly hace casi un lustro, dos años después de “Juana a los 12” (2013). Entre ese momento y el presente, fue filmando “de a poco, de a puchitos, a través de los años”. La idea original incluía ese paso del tiempo: “Pensaba rodar una serie de episodios, pequeños cortos, de Arturo acompañando a otro personaje, que a la larga terminaban hablando de Arturo: eso se transformó en lo que después fueron los flashbacks”, explica.

El paso del tiempo, comenta además, habilitaron “mucho tiempo para pensar la película, que fue cambiando, se fue adaptando”. Partes se cortaron, desaparecieron sin piedad. “La forma final no tiene nada que ver con lo que pensé originalmente: la película se fue escribiendo mientras la filmábamos”.

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