Desierto y Agua: viaje a una fusión entre lo ancestral y lo electrónico
Edición Impresa | 18 de Febrero de 2023 | 02:33

Desierto y Agua llega a La Plata esta tarde con una propuesta “trascendental”: el dúo se presentará desde las 18 en 47 entre 115 y 116 para mostrar su fusión de música electrónica con instrumentos ancestrales andinos, un viaje “donde la fertilidad de las raíces a través del instrumentos como el Erke de 5 metros de largo, ronroco, trutruca, quenas, toyos se expande en combinación con sonidos electrónicos actuales y con máscaras ancestrales y futuristas” y “remarcan la importancia de la soberanía de los recursos naturales y del sentido del amor a la tierra”.
Así define el dúo formado en 2017 por Dany Riaño y Andrea Feiguin, que ha llevado su fusión de Latinoamérica a Israel, pasando por diversos parajes europeos. “Desierto es Dany y Agua es Andrea”, explica el nombre Riaño en diálogo con EL DIA. Y agrega entre risas “una anécdota tras esto, porque dos años después de que exista Desierto y Agua, nosotros empezamos a llamarnos DYA por las iniciales de Desierto Y Agua. Un día Andrea viene y me dice ‘vos te diste cuenta que las iniciales día son las iniciales de nuestros nombres?’”
Ambos vienen del rock, pero antes de convertirse en la actual fusión de raíz y electrónica, “cuando Desierto y Agua era una banda de rock”, cuenta Andrea, “Dani incursionaba ya con instrumentos andinos, siempre tuvo curiosidad con este tipo de sonoridades y ancestralidad”.
“Los sonidos y la imagen llevan al público a un lugar nuevo, que sorprende y va entrando de a poco en el alma”
Andrea Feiguin,
Desierto y Agua
“En ese momento yo no formaba parte de la banda”, recuerda. “En el 2016 comenzamos a salir como pareja, yo comencé a aportar en las letras, acompañarlo en las giras y producir. Es ahí donde la banda se disuelve y Dani plantea una nueva etapa. Comenzamos a jugar con el folklore, con el bombo legüero, aprendiendo música folclórica a la vez que nos compramos nuestra primer máquina de ritmos y flasheamos con la electrónica”.
Es que “estábamos en una búsqueda de algo nuevo que no tenga que ver con la formación antigua de rock ni tampoco con el folklore tradicional. En los años 90 Dany había incursionado en la electrónica analógica, es ahí donde surge la idea de comenzar a fusionar la electrónica con algunos instrumentos ancestrales”, relata. “Así comenzó nuestro viaje que hoy se plasma en una experiencia trascendental”.
- Lo futurista y la música de raíz parecerían a veces ser conceptos peleados, teniendo en cuenta que el progreso ha arrasado tanto con los pueblos originarios como con las culturas locales. ¿Cómo ven ustedes esa situación?
D: En realidad nosotros pensamos que es al revés, es cierto que el “progreso” ha lastimado los pueblos originarios, junto a nuestra madre tierra, nuestra Pachamama. Aún así naturalmente buscamos refugio en lo ancestral, en lo que es primario. Cuando uno escucha una flauta, instrumento de caña, automáticamente se siente en la montaña se sienten la naturaleza yo creo que mientras más daño hace el ser humano, más tenemos que escuchar la música de raíz, encontrar allí el amor primario. Entonces la música ancestral, lo antiguo y lo folklórico con lo nuevo y electrónico sanan las heridas de la tierra. Esto es lo que nosotros sentimos con Desierto y Agua y cuando tocamos instrumentos antiguos ancestrales y los funcionamos con electrónica, sentimos que nos sanamos nosotros y de esta manera tal vez sanamos al mundo con nuestra música.
- Muchas veces también se le hacen ese tipo de planteos a quienes quieren renovar el folclore. ¿Ustedes han vivido esas resistencias?
A: En nuestros comienzos tocábamos en peñas folklóricas del conurbano y nos sorprendía la hermosa respuesta del público a esta locura que hacíamos al comienzo, realmente no hemos sentido resistencia más bien una necesidad de cambio, de renovación, de aires nuevos.
D: Yo creo que ahora las cosas han cambiado, hay una necesidad de renovación tanto en el folklore como la música electrónica. Nosotros que estamos en el medio, nos sucede en ambientes muy electrónicos formales que valoran lo que hacemos, romper la estructura de música electrónica clásica y traer elementos totalmente distintos. Nos pasa lo mismo cuando vamos a ambientes bien folclóricos, hay un agradecimiento por traer elementos nuevos, electrónicos. Yo creo que hay una necesidad de renovación constante. Hace 10 años esto no sucedía, ahora la cuestión es diferente, la cosa cambió. Al menos es la impresión que nos da a nosotros.
- Por otro lado, la electrónica tiene algo del trance que proponían algunas culturas originarias respecto a su relación con su música. ¿Quieren rescatar esa idea, pensar a la música como algo más que un espectáculo, en sus shows?
A: Planteamos Desierto y Agua como una “experiencia”, no es solo música, sino también danza, imagen, maquillajes, vestuarios, máscaras. Los sonidos y la imagen llevan al público a un lugar nuevo, no conocido antes, que al comienzo sorprende y va entrando de a poco en el alma.
D: En un principio la música electrónica estaba pensada como ritual que te elevaba, era para poca gente. Lo mismo sucede con la música tribal, con la música ancestral. Los tambores, el fuego, el encuentro. Ambos crean la misma sensación de elevación, de introspección y a la vez de fiesta. Yo creo que lo atractivo que tiene Desierto y Agua es la experiencia ritual.
- ¿Como será el show que brindarán en La Plata?
D: Elegimos en La Plata “La Marilyn” para presentar nuestro álbum “YUYO” porque es una casa patrimonio de la Ciudad, coordinada por un grupo de jóvenes que hacen cine y movidas culturales hermosas. Compartimos la visión artística de interconectar artes, y a la vez de cuidar nuestro planeta. El evento comienza con una hermosa feria ecológica donde participan asociaciones protectoras de la vida animal, de la Pachamama y de los seres humanos. Nuestra prestación será danzada y habrá performance. Sin dudas quien venga renovará su energía.
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