“El amor después del amor”: las tumbas y la gloria de Fito Páez
Edición Impresa | 24 de Abril de 2023 | 02:53

Fito sigue de fiesta: tras celebrar los 30 años de “El amor después del amor”, su clásico disco, en Vélez, llegará este miércoles a la pantalla de Netflix con “El amor después del amor”, la esperada serie biográfica que recorrerá 30 años de la historia personal y de la carrera profesional de Fito Páez.
Un trabajo íntimo, que equilibra la composición de los grandes himnos de Fito y su ascenso meteórico, con el relato de una infancia y juventud marcadas por la pérdida de quienes lo criaron: su madre, su padre y sus abuelas. Las tumbas y la gloria de Páez.
Con un Fito encarnado en su infancia y adultez en la ficción por Gaspar Offenhenden e Iván Hochman, la serie cuenta con las apariciones de Charly García, encarnado por Andy Chango, Luis Alberto Spinetta, a cargo de Julián Kartún, y Juan Carlos Baglietto, interpretado por su hijo Joaquín.
Los parecidos son excelentes, como también las versiones musicales, pero la serie producida por el propio Páez y los realizadores Juan Pablo Kolodziej y Mariano Chihade, explora en sus ocho episodios dirigidos por Felipe Gómez Aparicio y Gonzalo Tobal una especie de lado B de la fama: además de la infancia de Fito y una juventud marcada por la tragedia, también aparecen los excesos de la escena rockera de la época.
Y allí aparece entonces Fabiana Cantilo: la entrada en escena del personaje encarnado en la ficción por Micaela Riera es al ritmo nada más y nada menos que de “Encuentro con el diablo”. Es ella quien parece llevar a un joven e inocentón Fito, según lo pinta la serie, hacia los más oscuros rincones de la noche, mientras batalla con sus propios demonios personales. Una tórrida historia de amor que llegará a su fin para dar paso a la madurez, al “amor después del amor” que significa Cecilia Roth, interpretada por Daryna Butryk.
“El amor después del amor”, la serie, es así, ante todo, una historia de aprendizajes, de maduración, un coming-of-age, rodeado por la banda sonora de varias generaciones, que atraviesa los 30 años que van desde el nacimiento de Fito en el 63 al disco que lo convirtió en una estrella global.
Pero aunque la historia se narra en dos tiempos (la infancia por un lado: la ausencia de su madre, su talento y sensibilidad, las luchas para tocar el piano, sus primeros enamoramientos; por el otro, la juventud del Fito con solo 19 años que salta de Rosario a Buenos Aires para intentar construir una carrera) el protagonista principal de la serie es el Fito de la juventud, encarnado por Iván Hochman, y su primer gran amor, Fabi Cantilo, a quien da voz y cuerpo Mica Riera.
El joven actor contó que interpretar a una figura tan popular supuso “cierta presión” y a la vez “mucho disfrute actoral”. Mientras que para la actriz y modelo es “hermoso” visitar a las figuras de la cultura de aquel tiempo: “A mí, particularmente, es la época que más me gusta de todas. Siempre fui muy consumidora del rock de los 80 y toda mi vida escuché a Charly, a Spinetta, a Fito y a Fabi, es lo que sonaba en mi casa todo el tiempo”.
“Hacer esta serie fue un viaje a los 80 que disfruté mucho porque es una época posdictadura, llena de grandes personajes y muy emocionante que no pude vivir pero que debe haber sido una locura”, agrega Hochman, actor, director, escritor y docente.
CÓMO ENCARNAR A UN ÍCONO
“Parte clave del proceso fue que, además de estar vivos, sobre estos personajes hay mucho material físico y también en el imaginario colectivo de la gente. Entonces un poco el gran desafío que siento que nos puso cierta presión y sobre todo mucho disfrute actoral fue decir ‘bueno, qué tomamos de estos personajes’”, relata Hochman, en una entrevista con la agencia Télam, su proceso para encarnar a Fito.
Y revela que “pensé mucho en ‘Amadeus’ la película de Milos Forman que retrata un Mozart que nadie conoce, que nadie vio y al que este actor increíble (por Tom Hulce) le inventa una risa inesperada que yo no podría asumir porque la gente sabe que Fito no se ríe así. Entonces siempre había como una especie de comparación con lo que se sabe pero siempre intentando no hacer una imitación, sino hacer algo desde mí, pero que al mismo tiempo se vea a Fito”.
Al respecto, Riera relata que llamó varias veces a Fabi para preguntar “nimiedades, pero que necesitaba saber. Como por ejemplo ‘¿che, Fabi, vos en los 80 sabías tocar el piano?’”. La actriz explica que esa información le ayudó a redondear a la Cantilo de la ficción.
“Con sus pelos, Fito quiere ser visto, estaba haciendo un llamado de atención a su viejo que no podía verlo, y a su mamá para intentar traerla desde algún lado”
Iván Hochman,
Fito Paéz en “El amor...”
En esos encuentros, relata Mica, “quería saber qué estaba detrás de todo lo que se cuenta, qué era lo que le pasaba a Fabi con todo eso que no aparece, pero yo sí tenía que encarnarlo. Entonces le hice muchísimas preguntas de todo lo que te puedas imaginar y Fabi me respondió absolutamente todo en una charla de seis horas sin parar, donde entre otras cosas me dijo ‘yo no paro de moverme nunca, siempre estoy moviendo alguna parte del cuerpo. Siempre me siento incómoda. Siempre como que me pica algo’. Eso yo lo había visto, pero que ella me lo diga me dio libertad a mí también para trabajarlo y para exponerlo el doble digamos”.
Hochman, en tanto, tuvo seis meses de preparación del personaje durante el proceso de casting, “y esos seis meses fueron de exhaustivos estudios sobre lo que hay de video, documentales, shows, discos, textos, entrevistas, la autobiografía y otras biografías”. Después de esa instancia, cuenta, “hubo algunos intercambios clave que terminaron de configurar al personaje y de ayudarme a entender cómo podía llevarlo adelante. Fito me habló un día de su pelo cuando toca con Charly en vivo y me dijo ‘ese pelo que vuela y que se revolea y que no paro de moverlo es de alguna forma el pelo de un joven desesperado por atención, que quiere ser visto, que está tocando junto a uno de sus ídolos’”.
“Fabi me dijo ‘yo no paro de moverme nunca, siempre estoy moviendo alguna parte del cuerpo. Siempre me siento incómoda. Siempre como que me pica algo’”
Mica Riera,
Fabiana Cantilo en “El amor...”
Y, agrega Hochman, “claro, él quiere ser visto y estaba haciendo un llamado de atención a su viejo que no podía verlo, que no podía aceptarlo, y yendo un poco más allá también a su mamá para intentar traerla desde algún lado. Eso fue una ficción mía para interpretar al personaje que me ayudó a componerlo con su corporalidad”.
Hochman se mostró conforme con su interpretación, aunque cuenta que es imposible la satisfacción plena. “Un día le dije a Fito antes de empezar el rodaje: ‘Siento que está todo muy bien el trabajo que estamos haciendo, pero tengo la sensación de que vos y yo vamos a ser los únicos que no vamos a terminar de disfrutar porque vos nunca te vas a ver a vos en mí y yo nunca voy a dejar de verme a mí’”, relata.
Con la participación de Martín “Campi” Campilongo como Rodolfo Páez y de Mirella Pascual como Belia, el padre y la abuela del protagonista, respectivamente, la serie cierra un arco narrativo y fue concebida como una miniserie que concluye, pero habrá que ver si el éxito no termina forzando una nueva temporada. Hochman tiene otra idea: “Con Mica tenemos un negocio millonario entre manos: hacer el multiverso del rock nacional y que se hagan todas las series con las vidas de Luca (Prodan), del Indio (Solari), de Charly (García), del ‘Flaco’ Spinetta y de Fabi (Cantilo) también”.
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