Dolores Fonzi: “Las mujeres de hoy están presas de ser madres perfectas”

La actriz debuta como directora en “Blondi”, una cálida comedia sobre un hijo maduro, una madre inmadura y una forma de crianza diferente

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Por PEDRO GARAY

pgaray@eldia.com

En un libro de John Irving, Dolores Fonzi se encontró con una imagen de esas que, como fantasmas, se quedan con uno: la de una madre y su hijo, solos en el mundo. “Algo de eso me gustó”, cuenta, en diálogo con EL DIA. Ese sería el germen de “Blondi”, película estrenada el pasado jueves en La Plata, su primera película como directora.

Un debut que, dice, fue “de las experiencias más felices de mi vida”, aunque no algo necesariamente premeditado o anhelado secretamente durante largas jornadas en sets ajenos, de otros directores. “No es que venía pensando ‘voy a dirigir’”, confiesa. Pero “empecé el proceso de escribir el guión y en un momento, pensé en dirigirlo, suponiendo que es una película pequeña, no es algo inabarcable”.

Mientras tanto, el proyecto iba mutando: escribiendo a cuatro manos junto a Laura Paredes (protagonista y coguionista de “Trenque Lauquen”), “Blondi” “viró hacia la comedia, a partir de la inversión de roles: el hijo es más maduro que la madre, ella es una especie de Gran Lebowski mujer, que tuvo a su hijo muy chica, entonces la distancia de edad era corta…”

Así, la madre en cuestión, Blondi, encarnada por la propia Fonzi, va a recitales y fuma marihuana con su hijo, sus amigos, como una amiga más. El impulso inicial del espectador promedio quizás sea juzgarla: pero Blondi desarma todo prejuicio porque esa crianza poco convencional ha resultado en Mirko, un pibe centrado, sensible, “criado con amor, tan bien criado, no le falta nada”.

Dolores Fonzi con el resto del elenco de "Blondi"

“Blondi es una historia que muestra el vínculo de la joven protagonista y el adolescente, pero también muestra un vínculo de dos personas que se caen bien, que no tienen caretas, y quienes les gusta compartir la vida. Un vínculo en el cual, ambos expresan con sinceridad lo que les pasa y además, manifiestan lo que les gusta esa relación, y no por su vínculo sanguíneo, sino por quienes son; en definitiva, lo que debería pasar en toda relación”, define Fonzi.

“Yo, cuando pienso en esto, creo que uno no es padre o madre porque es lo que tenía que pasar, y no vas a querer a tu mamá porque sí. Ese amor te lo tenés que ganar, en todos los casos; Y no siempre ocurre así. Y digo esto y creo que vale aclarar que la cosa va más allá de que los padres debemos estar, también, para poner un límite, cuidar y criar, pero la verdad es que yo creo que, si no le caes bien a tus hijos un día no te hablan más. Se trata de trabajar los vínculos afectivos desde otro lugar, me parece”, agrega.

Es otra forma de maternar la que aparece en pantalla, una que “quita las jerarquías” y establece una relación “medio madre-hijo, medio amigos”. Mirko, encarnado por Toto Rovito, de hecho, le dice Blondi al personaje de Fonzi, no mamá.

Esa vida con algo de idílico, desprejuiciado, libre, amenaza, sin embargo, con terminar: Mirko se empieza a ir del nido, y ella se empieza a enfrentar a su propia e inevitable maduración, la que quizás puso en pausa durante años. La película, describe en ese sentido la directora, “es el último año antes de que cada uno tengan que enfrentarse a la adultez”. Una especie de coming of age pero también para los adultos.

Además, hay una hermana que “aparentemente hizo todo bien”: Carla Peterson funciona como un espejo para Blondi, un ama de casa puntillosa y tradicional que, sin embargo, de golpe, se da a la fuga de su supuesta vida perfecta. Maternidades en contraposición, maternidades diferentes: una con elementos opresivos para las mujeres, la otra, que representa cierta posibilidad de alivio sobre los mandatos y las presiones.

 

“‘Blondi’ le hace justicia a la estadística: entre las personas que crían a sus hijos solas, más del 90% son mujeres”

 

“Hay algo de Blondi que es ejemplar: no caretea”, dice Fonzi, y cuenta que periodistas mujeres y madres le han comentado “que era un alivio ver a Blondi en la pantalla. Le quita exigencia a la maternidad, porque además de todo tenemos que ser perfectas. Hay algo liberador, poco convencional, en estos vínculos horizontales”.

“Algo que nos tiene presas a las mujeres de hoy es que tenés que ser madre perfecta, no se te pueden ver las vulnerabilidades… Blondi es más honesta, no finge, y eso hace inevitablemente que su hijo sea una persona más segura de sí misma, alguien que no tiene que actuar lo que no le pasa. Pero esto lo digo reflexionando después de haber visto la película, no es algo que tenía claro a priori”, opina al respecto Fonzi.

- La película no solo plantea una crianza horizontal, sino más colectiva: Blondi cuidando a sus sobrinas, la mamá de Blondi como una segunda madre de Mirko, también la hermana de Blondi. El ausente es el padre de las sobrinas, el personaje de Sbaraglia.

Fonzi dirige y protagoniza “Blondi”, una historia de maduración tanto para madre como para hijo

- La película le hace justicia a la estadística: entre las personas que crían a sus hijos solas, más del 90% son mujeres. En ese sentido, la película le hace justicia a las madres solteras, a la poca responsabilidad que se le pide a los padres con respecto a las crianzas, en lo legal, en lo social. Después, esas maternidades en tribu son hace mil años, no es algo nuevo. Y siempre, desde antaño, han sido redes de mujeres las encargadas de la crianza. De todos modos, y esto me ha pasado mostrando la película, es que los hombres se pueden sentir identificados. Porque hay algo universal, que nos pasa a todos: todos emigramos de nuestro hogar, todos despedimos a nuestros padres.

DIRIGIR Y ACTUAR

“Blondi” es así una película que, en tono de comedia, abre con sutileza debates trascendentes en torno a las distintas formas de maternidad y crianza, la juventud y la madurez, las mujeres y el feminismo, las libertades individuales y las distintas formas de amor filial.

Estrenada en el Bafici, con tres proyecciones colmadas, cálidos aplausos, una auspiciosa recepción del público y la crítica y el premio al Elenco por Mejor Actuación de la Competencia Oficial y Premio a la Mejor Directora Argentina entre todas las competencias oficiales (Premio GeneroDAC), “Blondi” se muestra en los cines antes de llegar a la pantalla chica a través de Prime Video, la primera película como directora de Fonzi, destacada actriz del panorama nacional quien desde joven, tras su salida de “Verano del 98”, se ha dedicado al cine y ha trabajado con Marcelo Piñeyro, Daniel Burman, Damián Szifrón, Fabián Bielinski y su pareja, Santiago Mirte.

- Es tu primera vez como directora. ¿Cuánto de ser actriz modifica a la directora, y cuánto de haber dirigido modifica ahora a la actriz?

- Soy una actriz que dirige, y eso le da cierta calidez al rol de directora, siento empatía por lo que atraviesan los actores. Y dirigir desde la actuación tiene una ventaja, estás adentro, proponiendo la escena desde el tono que vos imponés con la actuación. Los otros actores se pueden prender sin tener que racionalizar demasiado: es como moldear el material desde adentro. Creo que eso fue bastante más fácil de lo que esperaba.

 

“Soy una actriz que dirige, y eso le da cierta calidez al rol de directora, siento empatía por lo que atraviesan los actores”

 

- Uno de los aspectos más notables de la película es la elección de la música para describir personajes, distinguir generaciones y crear climas. Pasan la Velvet Underground y Las Ligas Menores. ¿Cómo se construyó esa banda sonora?

- Ese trabajo lo hicimos en conjunto con Eugenia Blanc: le di el guion y ella aportó canciones posibles para ciertas escenas. Eugenia es una piba que se dedica a la música y que actualmente trabaja con los nuevos traperos. Cuando me junté con ella a trabajar, conversamos del proyecto y luego me mandó como un excel con tres opciones de canciones por escena. A ella se le ocurrieron algunas cosas y la verdad es que su trabajo tiene una elaboración previa de análisis muy increíble. Ahí surgió, por ejemplo, la aparición de Las Ligas Menores, que tocan en vivo en el concierto al que Blondi va con Mirko. Después, la Velvet… En el guión estaba “Sunday Morning”. También “María”, de Blondie, y mi mamá se llama María, así que era una especie de homenaje. Pero yo pensaba que no iba a poder ponerlos en la película, por los costos. Pero ahí entró Prime Video. Lo cierto es que ese disco de la Velvet representa, en mi vida y en la de muchos de mi generación, la experimentación: es cuando yo empiezo a experimentar con la música, con el cine de autor… Es parte de un momento clave. Y bueno: los temas buenos levantan cualquier escena…

- Después de su paso por los cines, la película va a ir a Prime Video, a una plataforma. ¿Cómo ves vos, como actriz con años de experiencia y como directora ahora, que se está dando esta convivencia entre la pantalla grande y la pantalla chica, y esta situación en la que el cine argentino no tiene espacio en las salas y encuentra su público en la pantalla chica?

- El cine nacional está bastante desprotegido. Hay muchos problemas con la realización de películas. Gracias a Prime Video pude filmar, y me parece loco que no haya lugar en los cines, que los cines no apoyen el cine nacional, que se cuiden tanto a la hora de programar películas y solo pongan tanques. Me preocupa. Mi generación, si querés ir a ver una película que no sea “Rápidos y furiosos”, no te queda nada. Yo trabajo hace más de 20 años, dirijo una película con actores populares, con críticas buenas, una película de una hora veinte… Con mis privilegios, la película es igual ninguneada: eso me parece increíble. Somos nuestros propios enemigos. Así que por lo menos en la plataforma la gente la va a ver: a mi me importa que la gente la vea. Si es en cine mejor, porque a mi me gusta la experiencia cinematográfica, y porque, si no, nuestro cine dónde va a parar.

 

Dolores Fonzi
Blondi

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