El siglo de vida de un vecino que hizo historia en la óptica platense

Toda una trayectoria que empezó bien de abajo y creció de la mano de la venta de anteojos, lentes de contacto y audífonos

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Llegó a La Plata a los 8 años desde la ciudad bonaerense de 9 de Julio, donde nació el 10 de junio de 1923. Treinta años más tarde inauguró la óptica que lleva su apellido y que está por cumplir siete décadas de vigencia. Joaquín Bermúdez festejó el último fin de semana su cumpleaños número 100 junto a familiares y amigos y fue un evento a pura emoción, música y anécdotas.

Su trayectoria en el mundo de la óptica comenzó, como se dice, realmente “de abajo”. A los 30 años habilitó el negocio en un pequeño local -alquilado- de diagonal 74 entre 48 y 49, contra todas las opiniones que aseguraban que no era esa la mejor zona para el éxito comercial. “Calle 8 estaba en pleno auge, y por donde lo abrí sólo pasaban los cortejos fúnebres que iban hacia el Cementerio”, recuerda Bermúdez.

El lugar, como se dijo, era mínimo en dimensiones y escaso en mobiliario, tanto que el flamante óptico recurrió hasta a cajones de manzanas para armar parte de la infraestructura comercial. Pero a los dos años Bermúdez consiguió alquilar el local de al lado y así amplió el espacio y sus expectativas.

De a poco, el emprendimiento fue creciendo. A los anteojos para ver y de sol se le agregó la venta de audífonos; y al ritmo de los avances de la tecnología, apareció la contactología con lentes rígidas, blandas, tóricas (corrigen el astigmatismo) y toda la gama de posibilidades que fue permitiendo la industria de la óptica.

En 1981 la óptica se mudó a lo que fue el primer sector del local ya ubicado en la avenida 7 entre 54 y 55, y en 1992, se compró también la construcción lindante. Así el negocio adquirió el tamaño actual, aunque después se le siguieron realizando reformas.

“Toda la vida trabajé más por la pasión de trabajar que otra cosa, porque lo que más me interesó fue conseguir que la gente saliera feliz del local: las personas sordas con sus audífonos y con la solución de la miopía para los chicos”, dice Bermúdez más que satisfecho por la trayectoria recorrida.

Cumpleaños feliz

La celebración del siglo de vida tuvo lugar en una quinta familiar de la localidad de Melchor Romero. Al principio, según contó una de sus hijas, Joaquín se resistió un poco al festejo; luego aceptó el agasajo; y finalmente, durante el encuentro que reunió a unos 35 invitados, no disimuló la felicidad que le causó cumplir junto a su gente más querida.

Este nuevo vecino centenario está casado con Lidia -90- desde hace 69 años. La pareja tuvo cinco hijos (Daniel, Mónica, Silvia, Andrea y Javier) y son los dichosos abuelos y bisabuelos de 13 nietos y 8 bisnietos.

Joaquín no sólo exhibe una salud que no requiere de ningún medicamento ni dieta especial sino que además, al igual que Lidia, muestra un enorme entusiasmo por vivir, con distintos proyectos incluidos.

En su fiesta de cumpleaños recibió más de una sorpresa, como cuando Sonia Godoy, la cantante que brindó un mini recital en el evento, interpretó “Yuyo brujo”, el tango que sirvió de música de fondo mientras le declaraba su amor a Lidia.

Fervoroso hincha de Estudiantes, otro momento emotivo lo vivió al recibir de regalo el libro sobre los 110 años de vida del club de sus amores.

 

 

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