La necesidad de asignarle recursos y equipos a los cuerpos de bomberos

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Un informe publicado en este diario sobre el cuerpo oficial de bomberos de la Provincia, cuyo cuartel central se encuentra en nuestra ciudad y que en 2023 cumple 136 años de valiosos servicios dejó a la vista, una vez más, el rol esencial que cumple como principal protagonista de la defensa civil.

Es cierto también que similar ponderación merecen los bomberos voluntarios que, a lo largo y ancho del territorio bonaerense no han dejado de prestar eficaz ayuda en las numerosas situaciones de emergencia, algunas de ellas de magnitud catastrófica, para la población.

“Ser bombero es una vocación de servicio y una elección propia. Además de ser policías, nuestra función es ayudar a la ciudadanía desde nuestra especialidad”, expresó el jefe de cuartel Central de Bomberos de La Plata.

Tal como se detalló, los integrantes del cuerpo son formados como efectivos policiales y luego cursan una especialización para cumplir este tipo de labores.

Ellos, reciben una capacitación formadora especial para enfrentar con aptitud incendios estructurales y, asimismo, como técnicos en prevención y otras especialidades.

Los muchos antecedentes de siniestros ocurridos en la Provincia demuestran con elocuencia la capacidad funcional de cuerpos –tanto el oficial como los voluntarios- no sólo en casos circunscritos a una o dos viviendas sino también en incendios de magnitud, en los que exhibieron y no dejan de hacerlo el coraje, la eficacia en el accionar y el espíritu solidario de sus integrantes.

Son múltiples las situaciones creadas que obligan a estos cuerpos a realizar operativos de rescate o, inclusive, de evacuación, en problemas que oscilan entre los de pequeña magnitud y en catástrofes resonantes, como lo hicieron, en esta última alternativa, con la recordada explosión del buque San Blas, en estallidos como los del Florentino Ameghino, los siniestros simultáneos de los buques Cutralcó, Islas Orcadas y Fray Luis Beltrán y del petrolero Astra Sol, entre otros.

Desde luego que, asimismo, estos cuerpos -que son requeridos por muchas localidades que no disponen de ellos- intervinieron en muchas y graves emergencias, especialmente en la Destilería YPF, brindando allí su heroica asistencia operativa y, en otros incidentes, facilitando las dramáticas evacuaciones que debieron realizarse en las inundaciones ocurridas en las últimas décadas.

Es evidente que se le debe garantizar a los cuerpos de bomberos la disponibilidad de todos aquellos recursos y equipos que les hagan falta para actuar con eficacia.

Se sabe, por lo pronto, que la rapidez con que se acuda al lugar de un incendio o de un accidente es fundamental para salvar vidas humanas y neutralizar daños irreversibles en orden a los bienes afectados. Cada segundo de demora en la aplicación de las acciones destinadas a detener el deterioro, puede implicar un margen de pérdidas irrecuperable.

La entrega física y las muestras de solvencia y de solidaridad de los cuerpos de bomberos diseminados en la Provincia -cuyos integrantes no trepidan en dar la propia vida en su empeño- tienen que ser correspondidos con un respaldo proporcional a los riesgos que afrontan esos servidores. Son muchas las vidas y muy valiosos los patrimonios que, en forma cotidiana, dependen de ellos.

 

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