VIDEO. “La Plata, S.O.S.”: vecinos y comerciantes a merced del delito
Edición Impresa | 13 de Julio de 2023 | 05:12

En La Plata todo es a lo grande, fundamentalmente la inseguridad. Delincuentes con 30, 40 o 50 entradas en distintas comisarías; comercios que se anotan para el récord Guinness en cantidad de asaltos, para citar un ejemplo la pizzería de 117 y 72, que ya lleva 54; el robo de los 100 millones. Y así, se podría seguir con una nómina interminable.
También la Ciudad marca tendencia con las modalidades delictivas, que las hay para todos los gustos. Pero acá tenemos el honor de inaugurarlas, como pasó con los “wheelies-chorros”, los ladrones que usan las ruedas de sus motos como ariete para derrumbar puertas.
En ese contexto, preocupante por cierto, están los vecinos y comerciantes, que viven con el corazón en la boca.
Sin dudas, el delito modifica costumbres. Al margen de empujar un cambio en la fisonomía urbana, con propiedades que parecen fortificaciones con alambres de púa, rejas, vidrios dobles, perros, alarmas y trabas por doquier, también obliga a repensar cualquier movimiento.
Pasear una mascota, ya es sinónimo de peligro. Sino habría que consultar a la familia de 69 entre 16 y 17, que hace pocos días sufrió el robo de 15 mil dólares, luego de que un grupo de ladrones aprovechara esa simple rutina de la vida cotidiana para irrumpir en su domicilio.
En estas últimas horas, se vivió un episodio de violencia extremo por la irrupción de dos delincuentes armados en un kiosco del barrio La Cumbre.
Según muestran las imágenes de una cámara de seguridad, a punta de pistola sorprendieron a la empleada del negocio cuando acomodaba mercadería en un estante y enseguida le pidieron la plata.
El que lideraba el golpe, sacó un arma, apuntó y gritó: “¡Quedate quieta que te tiro”. Luego exigió dinero, cigarrillos y el celular de la mujer.
“Estamos cansados, todos los días a un comercio distinto le toca”, dijo resignado Fernando, un propietario de un comercio lindero y que anteriormente ya había sido víctima de varios ataques.
“Si no es a mano armada se roban una botella de fernet y sino un juguete de la librería o una silla del bazar”, agregó ofuscado.
La zona, según describió, viene siendo muy castigada por el delito y si bien suelen pasar policías caminando, asegura que no alcanza: “Antes estaban todos los días, pero desde un tiempo para acá vienen salteado”.
En Villa Elvira, por su parte, se registró otro caso brutal.
De acuerdo al relato de un vecino, el martes por la madrugada dos delincuentes cometieron una entradera en 73 entre 121 y 122.
De esa casa salieron a la carrera pocos minutos después y, en plena fuga, intentaron asaltar a un vecino cuando salía de la cochera de 72 entre 121 y 122.
“Luego de escuchar gritos, golpes o portazos, salí de casa y encontré a un menor a toda carrera desde 72 (cochera) hacia la rotonda de 120, agarrando para la zona del asentimiento de 75 de 116 a 119”, mencionó.
El vecino comentó que “un segundo ladrón me vio y cruzó en diagonal hacia donde estaba, a cara descubierta. Llegó a mi PH y no lo dude. Le salí apuntando a la cabeza para su sorpresa”.
“Entramos en lucha cuerpo a cuerpo. Traté de reducirlo, mientras sonaban una y otra vez las alarmas del barrio, pero solo salieron una mujer y un hombre. El resto solo preguntó qué pasaba por el grupo de WhatsApp. Cero ayuda”, explicó.
En medio de la confrontación, el delincuente se zafó, una vez más intentó arremeter contra mi persona y estuve a segundos de llenarlo de plomo” se sinceró.
Si bien todos llamaron al 911 y a la comisaría novena, “aún seguimos esperando la llegada de algún patrullero para que nos pregunten que pasó”, expresó con ironía.
De acuerdo al vecino, en 72 y 122 hay un local que está abierto las 24 horas y vende alcohol. “Lamentablemente gente que no es de la zona terminan comprando ahí y delinquen de pasada”, comentó mientras mostraba sus rodillas peladas producto de la refriega.
“Después me enteré por los vecinos de 73 que eran los mismos de la entradera y de la cochera. Estaban armados. Creo que no le di tiempo a reaccionar para que saque el arma”, concluyó.
“ROMPE PERSIANAS”
Este delito es una moda en La Plata y la mano de obra suele ser con menores de edad, que entran y salen de las dependencias policiales con pasmosa facilidad.
Ayer le tocó al bar “Fucce`s”, de 56 entre 3 y 4.
El dueño denunció que se enteró del hecho luego de recibir un mensaje de un conocido, que le preguntó qué había pasado en el negocio, que tenía un vidrio rasgado y la persiana del frente doblada.
Desesperado, pensando lo peor, se dirigió al local, donde comprobó que sus sospechas eran una triste realidad.
Una vez que accedió al salón comercial, comprobó el faltante de 20 mil pesos, que había dejado dentro de la caja registradora.
Después miró en el sistema de cámaras y pudo descubrir el accionar de un delincuente, aunque no se descarta que haya contado con apoyo de algún cómplice.
Sin dudas, los “rompe vidrieras” están haciendo estragos en diferentes puntos del casco urbano, sobre todo en los centros comerciales, aunque también se dieron ataques en la zona Norte, para citar casos, sobre el camino Centenario, en Gonnet.
A veces es mayor el valor de la reposición de vidrios o reparación de persianas, que lo que se terminan llevando.
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