Una bebé en medio de un violento asalto en Villa Elisa

Edición Impresa

A primera hora de la mañana de ayer, poco antes de las nueve, una mujer se encontraba en el frente de su negocio dedicado a la venta de productos de limpieza.

El local está ubicado en Villa Elisa, sobre la calle 411 entre 25 y camino General Belgrano.

En ese momento, la comerciante estaba sola y recibió a un joven de unos 25 años, que le pidió dos litros de lavandina y un litro de detergente. Nada diferente a la metié de todos los días.

Sin embargo, apenas la encargada del lugar se dio vuelta para completar el encargue, el cliente, que no era tal, se le acercó por la espalda y le exhibió un arma de fuego.

Así, bajo amenazas, la condujo hacia el interior del domicilio, que da a la parte trasera del local y donde se encontraban su padre, de 87 años y la madre de 78, que cuidaban de su pequeña hija de 8 meses.

Atrás del primer ladrón, aparecieron otros dos, también armados, que los llevaron a todos a una habitación, donde los ataron de las muñecas.

En la técnica de sujeción, la única diferencia fue el trato a la comerciante, por quien tomaron más precauciones: le pusieron las manos sobre la espalda y se las amarraron con un pañuelo de River, que llevaban los asaltantes.

Después, los delincuentes dividieron roles. Mientras uno se encargó de custodiar a las víctimas, el resto comenzó a revisar los distintos ambientes del domicilio.

En esos instantes que parecieron eternos, uno de los intrusos se acercó a la dueña del local de artículos de limpieza y le arrojó una amenaza: “Danos la plata o los matamos a todos”.

En esas circunstancias, aterrada, la mujer soltó el lugar donde había dinero: una cajita de cartón que estaba en una de las habitaciones.

Allí había unos 150.000 mil pesos, que quedaron en poder de los delincuentes.

El asalto duró unos 20 minutos y, por como los dejaron, en una situación de encierro, nadie pudo apreciar de qué manera escaparon de la escena.

La víctima comentó también que le sustrajeron un teléfono celular, que no cuenta con rastreo satelital.

RECONOCIMIENTO DEL TERRENO

Una vez que la comerciante logró desatarse y, dio aviso al 911 de lo que les había pasado, contó que el primer delincuente que entró en su negocio pasó el día anterior para comprar lo mismo (dos litros de lavandina y uno de detergente), mercadería por la que abonó sin levantar sospechas.

Sin embargo, a la luz de lo ocurrido horas después, sin dudas se trató de una maniobra cuya finalidad pasó por conocer algo del terreno en el cual cometerían el violento asalto.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE