Una aventura en TikTok, la red que atrapó a otra víctima de un engaño
Edición Impresa | 17 de Diciembre de 2024 | 01:38

En noviembre pasado, cuando una mujer navegaba por la red social “TikTok”, fue contactada por un usuario desconocido, con quien entabló, primero una comunicación asidua, y después una relación a distancia. Es que en todo ese tiempo que duró la aventura, se contaron detalles de sus vidas privadas, que pocos sabían. Al menos eso del lado de la víctima de esta increíble historia, que terminó en una nueva estafa virtual.
Según la denunciante, de 45 años y domicilio en Los Hornos, una vez que hubo confianza, los diálogos se canalizaron a través de WhatsApp. El número de contacto desde el que le hablaba “Romeo”, por ponerle un nombre ficticio al embaucador, coincidían con los detalles de su presentación: “Vivo hace tiempo en Reino Unido, estoy separado y trabajo como ingeniero en una empresa”.
En medio de ese amor de características platónicas, el galán se jugó una ficha y acertó un pleno: le dijo a “su Julieta” -otro dato no real- que le iba a enviar varios regalos valuados en unos 10.000 dólares, los cuales le llegarían a su domicilio a través de una empresa postal.
Fue el pasado 11 de diciembre que contactaron a la mujer desde otro número extraño, bajo el argumento de que eran de la firma “DHL Delivery Company” y que debían entregar unos paquetes.
Le dijeron su nombre y manejaban información sensible, como la dirección particular.
Sin embargo, de la alegría y, la intriga, por saber qué le habían regalado, le empezaron a pedir plata por los gastos de traslado e impuestos.
Primero fueron 200.000 pesos, que transfirió a una cuenta cuyo titular era G. D. B., aunque después volvió a repetir el pago para completar los costos. Esta vez la plata fue a N. D.
La ecuación, en ese momento, aún le cerraba. “Recibo algo por 10 mil dólares (más de 10 millones de pesos) y puse 400 mil”, habrá pensado la vecina de Los Hornos.
Sin embargo, cuando esperaba que los obsequios llegaran a destino, le mandaron una notificación con la exigencia del pago de más impuestos, ya que los paquetes estaban retenidos en la aduana.
Así, 24 horas más tarde, el 12 de diciembre, la denunciante contó que volvió a concretar dos transferencias a N. D., por 500.000 pesos la primera, y 150 mil la segunda, instante en que pudo abrir los ojos y darse cuenta de que la habían engañado.
Por eso, con el corazón y el bolsillo destrozado, decidió bloquear a todas esas personas, y radicar una denuncia penal.
En este punto, es importante advertir que las redes sociales no solo traen beneficios. También pueden ser una herramienta empleada para causar daño.
Con mucha viveza y profesionalismo en el arte del delito, encontraron a una persona vulnerable y no pararon hasta sacarle “la última moneda”.
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