El consumo de carne paró la caída, pero los carniceros no descorchan

Comerciantes locales aseguran que están trabajando un 65% menos. Salvan la semana las promociones bancarias

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Luego de una marca histórica en la caída del consumo de carne vacuna, como consecuencia de la crisis económica que afecta al poder adquisitivo de muchos argentinos -y platenses-, en julio se registró una recuperación en las ventas. Sin embargo, ya hablan de un nuevo aumento en los precios de alrededor del 6 por ciento. Con opiniones dispares, comerciantes y referentes del sector analizaron el panorama en la Región. Coinciden en la critica situación que atraviesa la actividad ante la recesión, a pesar de la leve suba en las ventas, que están lejos de aquellos tiempos donde muchas carnicerías desbordaban.

El repunte, que ronda el 10% en los últimos dos meses, elevó el consumo a un ritmo de 51 kilos por persona por año. Pero aún se mantiene lejos del récord máximo de casi 80 kilos por persona por año, según reveló el informe realizado por la consultora del especialista Andrés Costamagna.

No obstante, se indicó que el incremento en la demanda en julio trajo aparejado un alza del 5 por ciento en el precio promedio de la carne, que en los próximos meses podría intensificarse.

SITUACIÓN MINORISTA Y MAYORISTA

“Se nota una leve mejora en las ventas, pero el crecimiento es muy pequeño”, indicó Juan, empleado de una carnicería de 2 y 55. “Durante la semana es el día a día, y el sábado con el descuento de la Cuenta DNI hacemos la diferencia. Ese día equivale al trabajo de 2 jornadas y media en la semana”, agregó para describir la caída en las ventas que afecta al sector.

Distinta fue la situación que se planteó en un comercio de la zona de 60 entre 8 y 9. “Las ventas cayeron estrepitosamente y siguen para abajo. Incluso, los días sábado que se repuntaba con el descuento de la billetera digital del Banco Provincia. A juzgar por el movimiento de los últimos fines de semana, tampoco este beneficio incrementó las ventas”, sostuvo el carnicero Juan Marchán, al expresar preocupación por el contexto.

“Atravesamos la peor crisis. Nunca existió una paralización tan grande como ahora. Estamos trabajando un 65 por ciento menos”, añadió, tras resaltar que de seguir esta situación, cree que “muchos van a tener que bajar la cortina”.

Frente al posible aumento de precios -que marcan los especialistas- los comerciantes consultados hicieron hincapié en el incremento que ha tenido en sus costos las carnes blancas -pollo y cerdo-, que podría tener una réplica en la de tipo vacuno. “Va todo de la mano. De igual modo pasa cuando sube el combustible o hay paritarias, los precios suben”, explicó el comerciante de 2 y 55.

La industria frigorífica también está en una situación compleja. Al referir a la recuperación del consumo, fuentes vinculadas al sector explicaron a este medio que “había descendido a 42 kilos en el mes de junio, y las proyecciones muestran un recupero a niveles de 50 kilos por habitante, por año”.

A la hora de explicar la situación, hablan de diferentes factores para el aumento. Entre ellos, la mejora salarial de junio y julio por encima de la inflación, las carnes blancas que también experimentaron fuertes subas y el precio de la carne -por su rendimiento- respecto a otros alimentos.

En cuanto al presente que atraviesan los frigoríficos, se sostuvo que “del lado de la exportación los volúmenes son buenos con algún altibajo en junio, que tuvo menos días operativos”. De todos modos, está complicado y muchos están trabajando con margen negativo, aseguran.

Esto se debe a la menor oferta de ganado por la sequía, motivo por el cual el Gobierno redujo las exportaciones, y el bajo precio en los mercados internacionales.

Por eso, es probable que los precios “sufran un ajuste en el mercado local”, sentenciaron.

 

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