Toman por sorpresa a una familia y se escapan con varios millones
Edición Impresa | 1 de Septiembre de 2024 | 03:16

Una familia vivió durante el pasado viernes por la tarde un verdadero calvario, luego de que fueran sorprendidos por tres delincuentes armados y violentos cuando se encontraban por compartir una merienda en su domicilio.
Nada hacía pensar que una tarde marcada por una copiosa lluvia iba a terminar con una familia subordinada a la voluntad de un violento clan delictivo.
En base a lo que pudo averiguar este diario, el hecho tuvo lugar alrededor de las 19 horas cuando la dueña del inmueble saboteado se encontraba junto a su hermana, su hijo de 7 años y la madre de 84, que es escribana. Fue en una vivienda ubicada en calle 58 entre 2 y 3.
Según fuentes oficiales, todo apunta a que se trató de un golpe planificado con alto grado de detalle, ya que además de portar armas y, de emplear maniobras tácticas para tomar el control de la casa, los sujetos llevaban entre sus pertenencias precintos con los que inmovilizaron a sus víctimas.
A esto se debe sumar que los intrusos ejecutaron todo el operativo delictivo con el rostro cubierto, una clara acción orientada a evitar que los damnificados memorizaran sus rasgos faciales.
En cuanto a la investigación, todavía no hay precisiones sobre cómo hicieron para ingresar. Pero, por los indicios hallados en la escena, todo apunta a que los ladrones ingresaron a la propiedad saltando un muro perimetral.
Como suele suceder en estos casos, el efecto sorpresa fue determinante para que los delincuentes pudieran hacerse con el control de forma expeditiva.
Es por ello que los ladrones realizaron todas las maniobras necesarias para abrirse paso en la casa con sumo sigilo. Gracias a ello nadie se percató de su presencia hasta que ingresaron.
Según precisaron las fuentes, todo apunta a que uno de los ladrones intentó ingresar por las ventanas, pero al no poder vulnerar la seguridad, optó por esperar a que alguien abriera. Para ello se ubicaron en lugares estratégicos del terreno con la idea de tomar por sorpresa a los moradores y cortar de raíz cualquier posibilidad de escapar o pedir auxilio.
Siempre en base a la versión oficial, uno de ellos se mantuvo agazapado detrás de unos arbustos y se lanzó al ataque cuando la dueña arribó al domicilio.
La mujer ingresó por una puerta de servicio. Jamás imaginó que en su patio había un ladrón esperando esa oportunidad para entrar a su casa.
Con la puerta sin llave al ladrón sólo le bastó con tomar el picaporte. Una vez que ingresó con la primera que se topó fue con la recién llegada. Luego de reducirla, abrió la puerta principal a los demás integrantes de la gavilla para que ingresaran a la casa y comenzaran a registrarla.
Con la situación bajo su control, mientras le colocaban los precintos a la damnificada, uno de los integrantes del clan le advirtió, con un arma de fuego en la mano, que le indicara dónde tenía guardados sus “dólares”.
Si bien la mujer negó poseer ese tipo de moneda, en el minucioso registro que hicieron, los delincuentes lograron dar con 100 mil pesos, 4.000 dólares, alianzas y varios objetos de valor más. Entre ellos se citó un par de bolsos y tres teléfonos celulares, dos de ellos iPhone.
Así, tras una hora de registro e intrusión, los criminales abandonaron la escena.
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