Marina Fages: "El mundo entero es un meme"

La artista llega a la Ciudad para plantear un show marcado por el hardcore y el punk, como su último disco, "El mundo pequeño". "Van a haber pocos temas tranquilitos, últimamente estoy muy cebada", adelanta, en diálogo con EL DIA

Marina Fages vuelve esta noche a La Plata para presentar en Pura Vida su último disco, “El mundo pequeño”, lanzado el año pasado. Un álbum donde, cuenta, se ven “las dos caras del mundo interior: poder estar conectado con el deseo propio, y del otro lado, enajenarse del mundo exterior”; y donde sus raíces en el hardcore y el pop punk se profundizan, un disco gutural, hecho también de los paisajes del particular mundo fantástico que propone la cantante, guitarrista y artista plástica.

Fages viajará a la Ciudad con por Mailén Eliges (batería), Maca Zalazar (bajo) y Magu Ruben (guitarrista), para repasar “El mundo pequeño” y también las canciones de sus otros discos. Y la cita será en un espacio que privilegia lo que vienen a proponer: “Vamos a concentrar la energía en todo lo más punk, van a haber pocos temas tranquilitos. Últimamente estoy muy cebada: fui encontrando una forma de liberar ciertas cosas, los shows se me hacen muy divertidos”, explica.

¿Por qué? Porque “todo me está importando menos”, se ríe. “Antes pensaba mucho, si hago esto, si sale esto… Ahora ya no, estoy liberando la cabeza, por lo menos en ese momento estoy intentando vivir el momento y ver que sale. Y es muy divertido”.

- Ahora hay un renacer joven punk, hardcore, quizás en respuesta a la movida del trap. 

- Celebro mucho que el punk y el hardcore estén sonando de vuelta, me encanta, me siento parte de eso. Para mí es como nadar en aguas conocidas, me siento en estado natural.

- Justo en tu disco hay muchas imágenes de mundo en llamas. ¿Hay algo en el mundo que llama a esto más visceral, a la vuelta del punk, de músicas más contestatarias? 

- El mundo entero es un meme. Todo es un chiste, todo puede ser un chiste. Quizás es la forma que nos sirve para afrontar la realidad, pero también eso hace que todo tenga la misma liviandad, y se pierde el foco, se hace difícil pensar qué se puede hacer. Igual, yo soy terriblemente optimista: creo mucho en las personas, sobre todo las que tengo cerca. Cuando era chica me frustraba, pensaba que para generar cambios tenía que hacer política, que me parece lo más horrible del mundo, está envenenada de intereses económicos, intereses egoístas. La solución que encontré en centrarme en la gente que tengo más cerca, mi familia, mis amigues, mi barrio: desde ahí, empezar a contagiar. Que las cosas funcionen en pequeño y que se vaya expandiendo.

- En tu música está esa parte hardcore, punk, y a la vez está tu voz, muy dulce. Hay algo de los contrastes en tu música, ¿te interesa ese color que tiene tu música, es algo que buscás?

- Me gusta el contraste, mi personalidad es así, como la de casi todo el mundo. Tenemos momentos más extrovertidos, momentos más íntimos… Y un proyecto solista es distinto a un proyecto de banda: en banda, al haber muchas voces, se elige un género, una manera de mostrarse. Pero al ser solista, tengo libertad, lo que me parece a mí está bien, y elijo explorar eso porque me resulta divertido a mí, me resulta interesante abocarme a distintos estados, y es genuino, porque son estados que tengo, internamente: cuando estoy tomando un café a la mañana, acariciando a mis gatos no es el mismo estado que cuando estoy de fiesta gritando. Y esos dos estados están en mi música.

- Hablando del proyecto solista: a lo largo de tus discos hay alusiones a la naturaleza. ¿Qué te interesa decir?

- Voy a lo mínimo. Las plantas crecen en las grietas: la naturaleza siempre encuentra la forma. Eso me da esperanza, por eso vuelvo a eso constantemente. Cuando pienso: ‘tengo muchos problemas, todo es una mierda, no sé cómo voy a pagar el alquiler’, veo una de las macetas de mi casa y veo que le salió una nueva hoja, y no está pensando en el alquiler, está solo creciendo y buscando la luz. Esa sola idea me hace muy bien. Soy muy fan de la naturaleza. Soy artista plástica, también, y siempre pinto a la naturaleza. Crecí en lugares con más paisajes, con más contacto con eso. Y por un lado, es simplemente que extraño eso: cuando puedo me pongo en contacto con eso, pero estando en la ciudad la naturaleza es una fantasía. Tengo fantasías naturales entre los edificios. En la observación de la naturaleza, creo, hay muchas claves para entender cosas, y al estar todo el tiempo entre construcciones humanas, físicas y sociales, nos olvidamos de cómo está el cielo, de ciclos naturales… Y para mí los ciclos naturales están absolutamente unidos a las emociones. Entonces, muchas veces uso esas metáforas para hablar de ciertas cosas.

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