¡Ahora sí!: la Academia obligará a sus votantes a ver las nominadas a los Oscar

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Los votantes del Oscar ya no podrán omitir ver algunas de las películas nominadas. La Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood anunció que, a partir de ahora, los miembros estarán obligados a ver todas las películas nominadas en cada categoría para ser elegibles para votar en la ronda final de los Oscar.

El anuncio parece increíble: ¿cómo van a votar sin ver las películas? Sin embargo, no era obligación, y numerosos votantes revelaron a lo largo de los años que veían solo un puñado de películas, votaban “al voleo” o para favorecer a algún colega y hasta se negaban a ver películas en algunas categorías, como animación.

Y hasta ahora, solo se había alentado a los votantes del Oscar a ver a las nominadas y votar en las categorías en las que se sentían calificados. Sin embargo, en los últimos años, qué películas ven los miembros de la Academia se ha considerado cada vez más un factor significativo para determinar las ganadoras: los estudios mostraban grandes campañas de funciones privadas con agasajos para que la película fuera vista, y, claro, ganaba el que más ponía.

La Academia también presentó un puñado de nuevas reglas sobre temas que incluyen la IA, cineastas refugiados y la recién estrenada categoría de casting. En la categoría de mejor película internacional, la Academia ahora permitirá que cineastas refugiados o asilados sean representados por un país que no sea el suyo. El cambio de regla mantiene en su lugar el amplio aparato de cómo se postulan los nominados internacionales a través de los países, pero ajusta la elegibilidad.

La regulación ahora dice: “El país que postula debe confirmar que el control creativo de la película estuvo en gran medida en manos de ciudadanos, residentes o individuos con estatus de refugiados o asilados en el país que postula”.

Los críticos han pedido durante mucho tiempo cambios en el proceso de nominación para la mejor película internacional porque deja el proceso de postulación en manos de los gobiernos, no de la Academia. Eso ha llevado a que cineastas disidentes que trabajan bajo regímenes autoritarios o no democráticos tengan caminos limitados para llegar a los Oscar.

El año pasado, por ejemplo, el cineasta iraní Mohammad Rasoulof huyó de Irán antes de ser azotado y encarcelado por ocho años para poder estrenar su película “The Seed of the Sacred Fig”. Alemania, donde Rasoulof se estableció, la postuló para los Oscar y fue nominada. Pero otros cineastas, incluido el amigo y compatriota de Rasoulof, Jafar Panahi, han estrenado películas sin un mecanismo para su presentación.

 

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