Clubes de barrio, sin espacios para atender una creciente demanda
Edición Impresa | 20 de Mayo de 2025 | 02:45

Una mayor demanda de los padres sobre los clubes vecinales de La Plata para que sus hijos puedan practicar distintos distintas actividades físicas y deportes se topa, en estos meses, con la imposibilidad de las entidades barriales para expandirse y absorber esos requerimientos, al punto de que algunas instituciones de la Región recurren a gimnasios privados o a patios de escuelas para poder desarrollar sus diversas actividades, tal como lo detalló este diario en ediciones anteriores.
Este fenómeno forma parte también del esfuerzo de los padres para mantener a sus hijos alejados de los peligros de la calle y del sedentarismo de las pantallas, de modo de tenerlos activos una vez concluida la jornada escolar.
El interés de los padres no decae, inclusive si se toma en cuenta que para inscribir a un chico en un club del casco urbano, una familia platense requiere, en promedio, unos 30.000 pesos mensuales. Eso para cubrir la cuota social y el valor de la actividad. El monto varía según la institución, el deporte elegido y la frecuencia con la que se practique. El presupuesto no incluye gastos de zapatillas e indumentaria.
Uno de los padres consultados, que tiene dos hijos que van a un club, invierte por lo tanto unos 60 mil pesos mensuales. “Cuesta pagar ese monto, porque está el colegio y hay otras actividades, además de esta”, explicó. Aunque implica un esfuerzo, está satisfecho con la propuesta deportiva y social que se le ofrece a sus chicos.
Pero, como se ha dicho, en los clubes de barrio, en donde todo se realiza “a pulmón”, se enfrentan, cada día más, serias dificultades como la falta de recursos y de infraestructura para atender el crecimiento de las actividades infantiles y el de la masa societaria, de modo que, sobre todo en el caso de los menores encuentran limitaciones para brindar la contención que se les demanda.
Directivos de clubes antiguos y reconocidos de la Ciudad detallaron no sólo los problemas que les plantea la falta de espacio, sino los esfuerzos realizados, tales como la construcción de entrepisos y otros recursos excepcionales a los que ahora deben acudir, como alquilar salones cercanos a sus sedes o lograr un préstamo de uso. Los clubes no tienen márgenes para el ahorro y, mucho menos, disponen de recursos para comprar salones cercanos a sus sedes.
Nuestra zona cuenta con alrededor de trescientas entidades vecinales –clubes, bibliotecas populares, asociaciones de fomento- que brindaron desde sus orígenes valiosas prestaciones a la comunidad y que hoy, ante la aguda crisis económica, se ven urgidas una vez más a adecuar sus administraciones.
Por lo que han significado en el logro de mejoras de todo tipo para sus zonas de influencia -supliendo, incluso, en más de una oportunidad la acción oficial-, por el papel fundamental que siguen desempeñando , ya sea el dictado de cursos de distintas disciplinas y oficios o en el desarrollo del deporte y la cultura de todas las barriadas de la Ciudad, se torna indispensable ahora que el Estado procure asistirlos de alguna forma, de modo de apoyar y asegurar la continuidad de cada una de estas entidades, desafiadas ahora por una creciente demanda de la sociedad, que busca un mejor rumbo para sus futuras generaciones.
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