Los drones agrícolas consolidan su avance global y diversifican el trabajo rural
| 21 de Mayo de 2025 | 10:00

El uso de drones agrícolas se consolida como parte fundamental del nuevo paradigma tecnológico en el agro. Según un informe de la empresa DJI, presentado en la feria Agrishow 2025 en São Paulo, al cierre de 2024 había alrededor de 400.000 drones pulverizadores de esa marca operando en el mundo. Esto representa un aumento del 33% respecto al año anterior y del 90% frente a 2020.
Esta expansión refleja un cambio profundo en la industria: los drones dejaron de ser herramientas exploratorias para convertirse en dispositivos profesionales clave en tareas como la siembra aérea y la aplicación de fitosanitarios. Al mismo tiempo, crecen las iniciativas para registrar vehículos aéreos no tripulados (VANTs) y garantizar un uso seguro y eficiente.
Uno de los motores de esta evolución ha sido la flexibilización de normas en países agrícolas estratégicos. En Argentina, por ejemplo, se publicaron en julio de 2024 los Decretos Nº 663 y 664 que regulan y agilizan el uso de drones en el campo. Estas medidas apuntan a reducir las trabas burocráticas, promover la innovación y facilitar la incorporación de nuevos actores al sector.
Las autoridades nacionales reconocieron así el potencial de estas tecnologías para optimizar el manejo del suelo, mejorar la eficiencia en las pulverizaciones y reducir el impacto ambiental. Este marco regulatorio más amigable se alinea con la tendencia internacional hacia una agricultura tecnificada y sustentable.
Los beneficios ya se observan en múltiples regiones: en Brasil, el uso de drones en plantaciones de café redujo los costos operativos en un 70% respecto a la pulverización manual, y en un 50% frente a los tractores. En Rumanía, los viñedos disminuyeron a la mitad el uso de agroquímicos gracias a la precisión del sistema aéreo. En Kazajistán, los cultivos de girasol lograron una desecación más eficiente, bajando el nivel de humedad en las semillas y ahorrando insumos.
Además, esta transformación impulsa cambios sociales positivos. La incorporación de jóvenes pilotos y mujeres al manejo de drones está diversificando los perfiles profesionales en el agro. El sector, históricamente masculinizado, empieza a abrir nuevas oportunidades laborales de calidad vinculadas a la tecnología.
Los avances técnicos también han mejorado la precisión de los equipos, minimizando la deriva y logrando aplicaciones tan o más efectivas que las realizadas con maquinaria terrestre o aviones tripulados.
En este contexto, los drones agrícolas ya no son una promesa futura, sino una herramienta consolidada que contribuye a una agricultura más precisa, sostenible e inclusiva a escala global.
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