Borró el pasado reciente y construyó una alegría que lo hace capaz de todo

El primer tiempo fue utópico y significó el mejor obsequio para todos los Pinchas. Los tres azotes dejaron a la “U” extraviada en su impotencia

Edición Impresa

Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

La contundente reivindicación construida por Estudiantes en tierra chilena depara elogios absolutamente merecidos para su accionar y, también, ratifica la imprevisibilidad que jamás se divorcia del deporte más lindo.

Un capítulo, la mitad del tiempo establecido por el reglamento, le alcanzó al Pincha para darle forma, contenido y justicia a su mejor producción en lo que va de esta edición copera.

Además de haber sido los artilleros en una noche que no será fácil de olvidar, Guido Carrillo, Tiago Palacios y Santiago Ascacibar resultaron los “viejos” símbolos que coparon el protagonismo. El triunvirato de los titulares indiscutidos generó el quiebre anímico y futbolístico que mudó al equipo albirrojo a la cima de su grupo.

Sobrio, firme y siempre dispuesto al roce que fuera necesario, el merecido ganador de la pulseada se “vengó”, de la mejor manera, de lo que había ocurrido entre ambos semanas atrás.

Antes de volar hacia Rosario, y de volver a ponerse el chip de la competencia nacional, el mismo grupo que salió tan golpeado de La Paternal, anoche se fue a dormir sintiéndose orgulloso.

EL PARTIDO “DURÓ” UN TIEMPO Y LE DIO AL LEÓN TODA LA SATISFACCIÓN

Diez minutos le demandó al huésped acomodarse en el campo y sacar a relucir el oficio que distingue a su rica historia.

 

Consciente de la endeblez defensiva, Domínguez eligió poner una línea de 5 con 3 zagueros

 

Palacios, el jugador con más potrero, intuyó que el defensor podía equivocarse y así generó el primer alarido de la noche. Estar ganando era muchísimo, un montón, pero no se quedó aferrado a la mínima diferencia y fue por más. El cabezazo letal de Ascacibar (lo llevó a cabo como si fuera un especialista en la materia) causó tanta felicidad como asombro. ¡Dos a cero parecía demasiado!

Pero no. Todavía faltaba el broche del silencioso hombre-gol de Magdalena. La definición de Guido Carrillo, tomándose el tiempo que necesitaba para editar otra brillante página del manual del centrodelantero, cerró el cuadro que rozó la perfección.

Primer tiempo idílico, utópico, bastante más de lo que hubiera pedido cualquier hincha en la plegaria al cielo faltando cinco minutos para que empezara el pleito.

Gustavo Álvarez, entrenador de los chilenos, pretendió armar una revolución con cuatro cambios durante el entretiempo, pero nada de eso sucedió.

Bien plantado, frío, calculador y sabiendo perfectamente que debía dosificar el esfuerzo administrando con sensatez sus energías, Estudiantes llevó el fragor de la pulseada al terreno que más le convenía.

Consciente de la endeblez defensiva que venía arrastrando, Domínguez decidió poner una línea de cinco con tres zagueros y le brindó un resultado impecable.

La “U” fue feliz en La Plata y Estudiantes duplicó la apuesta llevándose en la valija tres puntos de oro, el liderazgo del grupo y un frasco gigante de vitaminas para su autoestima cuando más lo necesitaba.

¿Cómo seguirá la historia? Es una pregunta de respuesta imposible. Esto es fútbol y todo puede pasar.

Semejante envión emocional lo hará sentirse capaz de cualquier hazaña. El León está vivo, fuerte y hambriento. Tres rasgos que vuelven a convertirlo en un enemigo temible para cualquier rival.

Estudiantes

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE