Una guardería de mariposas, el secreto de un museo
Edición Impresa | 29 de Junio de 2025 | 03:41

Dos mariposas nocturnas casi del tamaño de una mano, de combinaciones café y rosa con cuatro partes traslúcidas que parecen ventanas, copulan colgadas de unos cables junto a los capullos de los que nacieron el jueves sólo unas horas antes. “Cuando llego y veo esto, ¡salto de gusto!”, dice María Eugenia Díaz Batres, con los ojos muy abiertos y la sonrisa emocionada de una niña. Esta mujer de 80 años, lleva casi seis décadas cuidando insectos en el Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental de Ciudad de México, en pleno bosque de Chapultepec. La pareja de “cuatro espejos” -como se conoce a popularmente a las mariposas nocturnas Rothschildia Orizaba- es la muestra de que los esfuerzos del museo por salvar 2.600 capullos rescatados de un terreno baldío del centro del país valieron la pena. Ahora confían en que muchas más mariposas puedan nacer en esta especial “guardería”, que armaron para reproducirse en el bosque capitalino, uno de sus hábitats naturales. México cuenta con unas 1.800 especies de mariposas, y 350 de ellas están en Ciudad de México, una urbe de 10 millones de habitantes (20 millones, contando sus suburbios). Las “cuatro espejos” no son tan conocidas como las mariposas monarca que migran por toda América del Norte, ni están tan amenazadas. Pero en la ciudad cada vez hay menos debido a la creciente urbanización, y tienen un gran simbolismo. Díaz Batres explica que “los Aztecas llenaban de piedritas muchos de estos capullos y se los ponían en sus tobillos para hacer sus danzas”.
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