Milei más allá de octubre: entre el desgaste, la confianza en el triunfo electoral y el puente con los dialoguistas

A falta de tres meses para los comicios nacionales de medio término, agosto se perfila como un mes bisagra para el gobierno de Javier Milei. Pese a un evidente desgaste evidenciado por voces internas, el oficialismo confía en un fortalecimiento post-electoral. La clave estará en dos frentes simultáneos: la batalla legislativa por los vetos presidenciales y la crítica recta final para el cierre de listas de cara a los comicios nacionales de octubre.

El Gobierno reconoce un "aguantar como podemos" en la antesala electoral. Esta sensación de desgaste se acentúa con la inminente decisión de Milei de vetar tres leyes clave con costo fiscal (aumento de jubilaciones, moratoria y emergencia en discapacidad). La defensa del "déficit cero", ancla de su programa económico, se convierte en un desafío de alto voltaje en el Congreso. La Casa Rosada sabe que la aprobación de estos vetos en Diputados será una tarea "fina", requiriendo un apoyo que hoy no está garantizado, especialmente en temas de alta sensibilidad social. La reticencia de la oposición a ceder sin "recompensas" o acuerdos exacerba el panorama. No obstante, Milei aspira a un triunfo libertario en octubre que lo ponga en un lugar más alto de negociación con las demás fuerzas.

La cercanía del cierre de alianzas (7 de agosto) y candidaturas (17 de agosto) impregna por completo la discusión de los vetos. Diputados de la oposición dialoguista, conscientes del desgaste oficialista, condicionan su apoyo en el Congreso a la posibilidad de acuerdos electorales en sus distritos. Esto lleva a La Libertad Avanza (LLA) a intensificar sus negociaciones para sumar aliados en provincias clave, aunque la tensión por los fondos provinciales y las diferencias internas sobre el armado de las listas complejizan el panorama.

El Gobierno, a través de sus principales operadores como Santiago Caputo y los hermanos Menem, busca asegurar la "voluntad transitoria" de los votos, es decir, que los legisladores electos por LLA respalden las decisiones del Ejecutivo. Con la mira en las reformas de "segunda generación" para 2026, el oficialismo parece dispuesto a ceder más en el armado partidario a cambio de adhesiones futuras, un reflejo del momento de esfuerzo y negociación que atraviesan.

Milei

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