La merma en el servicio de micros, un clásico en vacaciones
Edición Impresa | 24 de Julio de 2025 | 02:08

El mismo día en que se iniciaron las vacaciones de invierno, las distintas líneas de ómnibus que sirven en la Ciudad disminuyeron su frecuencia de paso, por lo que pudieron verse a las paradas del Centro con colas de pasajeros. Y las quejas arreciaron. La espera promedio que a lo largo del año se estima en unos 15 minutos, ahora puede extenderse en estos días a unos 40 minutos y hasta a una hora -de acuerdo a los destinos-, según señalaron los testimonios ofrecidos por los platenses consultados.
Fuentes del sector empresario admitieron que existe alguna baja en la frecuencia de los micros, pero aseguraron que es “mínima”.
Pero en distintas paradas pasajeros dijeron lo contrario, tal como se reflejó en la edición de ayer. Los testimonios fueron unánimes en ese sentido. “Desde que empezaron las vacaciones, prácticamente no hay servicio”, fue una de esas declaraciones.
Según otro pasajero “hay ramales que están pasando cada hora y media. Y no tenemos teléfono para quejarnos o plantear esta dificultad, ya que no toda la gente está de vacaciones, Mucho tenemos que seguir trabajando”. Otro aseguró: “un espanto la frecuencia de los micros. Voy a trabajar y la espera es larguísima, porque cuando llega un micro viene tan lleno que directamente no para”.
Por los motivos que sea –porque se mandan unidades hacia centros turísticos, por la eventual baja de la demanda o por cualquier otra razón- lo cierto es que el problema debe ser absorbido y soportado por los miles de usuarios que siguen dependiendo del servicio de ómnibus.
El transporte de pasajeros es, esencialmente, una actividad comercial no diferente a otras, sometida como todas a los vaivenes propios de las duras leyes de la oferta y la demanda.
Y lo cierto es que, ni siquiera las actividades comerciales que no tienen ningún sesgo de servicio obligan a sus clientes a cambios tan drásticos por situaciones circunstanciales o temporarias que puedan afectar su ecuación económica.
Se ha señalado también que el colectivos es un servicio público, tercerizado en su explotación, pero servicio público al fin y, además, subsidiado aún por el Estado en muchos distritos para que la rentabilidad le “cierre”, en un cálculo que, seguramente, tiene en cuenta las condiciones promedio de la actividad y debe incluir, por lo tanto, las temporarias bajas estacionales de pasajeros. Así, quienes durante los períodos de vacaciones deben ir a su trabajo -o viajar por una emergencia, por caso- no tienen por qué afrontar esperas para poder tomar un micro.
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