Un nuevo mural le pone color al patio de la Escuela 11

Casi treinta alumnos de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata convirtieron el paredón del enorme patio de la Escuela N° 11, de 12 y 68, en una auténtica obra de arte digna de ser visitada. Tras nueve días de intenso trabajo, los estudiantes realizaron un mural de cincuenta metros de largo que "es más bien abstracto, pero remite a todo lo que tiene que ver con las Ciencias Naturales", explica la docente Maisa Mora Ribeiro.

La referencia a las Ciencias Naturales no es casual, teniendo en cuenta que la escuela lleva por nombre Florentino Ameghino.

"Cada año se elige una institución, y llegar al mural lleva un largo proceso de investigación y elaboración de bocetos que siempre deben respetar el contexto del lugar", explica la alumna Beatriz Alí, y agrega que "en este caso se partió del nombre del colegio".

Se trata de 28 estudiantes de la cátedra de Pintura Mural de la carrera de Plástica. Maisa, quien guió al grupo junto a sus pares Martín Laspina y Francisco Ungaro, contó que "los primeros bocetos son individuales; luego, en forma gradual, se empiezan a juntar y a ver entre todos, hasta que sale el final, el colectivo".

Desde el sábado pasado, cada día, de nueve de la mañana a seis de la tarde, el grupo trabajó sobre los 15 paneles de dos metros con ochenta que tiene el paredón. "Aquí se condensa todo el trabajo del año, todos los conocimientos adquiridos", apunta el alumno Pedro Federico.

Los estudiantes destacan el comportamiento de los chicos del colegio. Si bien se colocó una cinta plástica de seguridad a unos tres metros de la pared, dijeron que "nunca hubo un problema; al contrario, están fascinados, se acercan, preguntan".

"Cada alumno tiene su estilo, y en la facultad el trabajo es muy individual. De modo que estas experiencias son un desafío: lograr que 28 artistas congenien en una obra sin que se convierta en un collage no es sencillo", explica la profesora, quien apunta que "es la primera vez que trabajan con esmalte sintético".

"ELEVAR AL CHICO"

La directora Viviana Asens ya se imagina a los chicos formados frente al mástil con el colorido mural de fondo. Y, si bien allí aparecen tejidos y cadenas que pueden verse en microscopios, destaca la importancia de que "ellos puedan hacer su propia lectura de la obra. El otro día uno me dijo que veía un dinosaurio", sonríe.

Y añade: "a partir de esta experiencia se puede trabajar mucho con los alumnos, quienes no dejan de mirar, pensar, y, además, ven que se pueden hacer cosas en grupo", enumera, para remarcar "la satisfacción" que provoca en la comunidad escolar "ver terminado un proyecto que empezó a gestarse a principios de año".

Los materiales fueron comprados por la Cooperadora, y un padre se encargó de preparar la pared, lijándola y aplicándole fijador.

"Es toda una discusión llegar a ésto", reconoce Asens, "porque uno se plantea hacer un mural o arreglar una estufa. Pero la escuela debe elevar al chico, brindarle cosas por encima de lo básico; eso tiene que garantizarlo el Estado", enfatiza.

Finalmente se explica que la facultad recibe cada año distintas propuestas, las evalúa y decide donde trabajar. Esta vez se eligió el populoso colegio de 12 y 68. Los chicos no salen de su fascinación.