En el Normal 3 los alumnos ponen en valor el colegio

Baldes de pintura, brochas, trapos, cartones en el piso e improvisadas cofias sobre las cabezas de los estudiantes, en un marco de algarabía y febril actividad, caracterizaron ayer en el Normal 3 la primera jornada del programa de puesta en valor de aulas, pizarrones y pasillos impulsado por las autoridades educativas. En una comunidad que recientemente se vio sacudida por polémicas entre padres y docentes como consecuencia de serios episodios de violencia, la movida sumó al objetivo de remozar los salones el de fortalecer valores y vínculos solidarios.

La tarea se inició por la mañana, y continuará en ambos turnos por lo que resta de esta semana y parte de la próxima. De las 26 aulas con las que cuenta el establecimiento de 58 entre 8 y 9 serán pintadas 18, con dos capas en tonalidad verde agua; las paredes de las restantes están revestidas por azulejos y sólo se limpiarán a fondo.

SEÑAL POSITIVA

"Veníamos un poco vapuleados, injustamente, por la repercusión de los incidentes que se dieron en los alrededores del colegio, y esto es una señal positiva de cara al futuro" consideró Sara Martín, directora del Normal 3: "se trata de jornadas de trabajo en las que se intercalan las actividades académicas con la pintura y limpieza de las aulas; las clases sólo se interrumpen, de manera rotativa, en aquellas divisiones que usan las aulas afectadas".

El gobierno nacional donó los materiales para la iniciativa del área de Política Educativa de la dirección general de Cultura y Educación bonaerense, instrumentada desde el colegio céntrico que nuclea a 1.400 estudiantes. "Acompañan docentes, profesores y preceptores, pero los protagonistas son los chicos, a los que se asesoró acerca de la colocación de enduido, dilución y preparación de la pintura, y arrancaron con mucho entusiasmo" subrayó Martín, "tanto que en un solo turno ya le dieron dos manos a cuatro salones". Personal de mantenimiento del colegio colocó algunos parches de revoque en donde era indispensable para iniciar los trabajos.

Con las huellas de la faena en ropa, manos y rostros, mientras se propagaba el inconfundible olor a esmalte sintético, los jóvenes descansaron tomando mate con galletitas, interactuando "de una manera alternativa a la cotidiana", según se indicó: "en algunos cursos, el trabajo se complementará con charlas sobre valores, solidaridad y la necesidad de cuidar lo que están logrando".

"PONER LINDO EL COLEGIO"

Francisca Mormina, secretaria general del Centro de Estudiantes, recordó que "nos acercaron esta propuesta, y la aprovechamos para poner lindo el colegio mostrando de paso que no todo es pelea y conflicto sino que podemos apostar a objetivos comunes. No es cierto que a todos los adolescentes nos dé lo mismo lo que venga y no nos importe nada".

"Nos interesa venir a clases en un lugar digno" agregó Mormina: "por eso hacemos nuestro aporte en esta ocasión y vamos a seguir reclamando por otras prioridades edilicias estructurales como son el arreglo de los techos y los tanques de agua; hay salones que se inundan, paredes y cielorrasos con humedad, canaletas tapadas, desagües que no dan abasto, y estamos esperando respuestas".