“¿Naceremos con cierres en las panzas?”

Por Rosario Hasperue y Lorena Ribot (*)

Al principio fue necesaria. De hecho marcó la diferencia entre la vida y la muerte. Hoy es una opción cultural. La cesárea innecesaria que se aplica por comodidad médica o estética, gana terreno en los partos de nuestros hijos. Que si está bien, que si no pasa nada, que si da lo mismo. Pues no. No está bien que la mujer abandone su cuerpo para entregarlo a un cuchillo en un quirófano por “miedo”, por “no sufrir”, por “ser más rápido”, “o porque sean los otros los que tienen miedo al parto de las mujeres”. Porque la mujer pierde soberanía sobre su cuerpo y sobre su hijo. Porque cuando no hay riesgo, no es necesario. Porque las mujeres podemos parir. Porque nuestros hijos necesitan de nuestra valentía y nuestro protagonismo, en esta y en todas las decisiones de nuestra vida. Porque las mujeres que paren no son enfermas. Porque están en el momento más vital de sus vidas. Porque si en la evolución del ser humano se vuelve “natural” operarse para tener hijos, ¿empezaremos a nacer con cierres en las panzas? Aquellas mujeres que viven el embarazo como parte de su intimidad y la de su pareja, logran independizarse del mandato cultural que nos dice que el embarazo y el parto son hechos de la medicina. Entonces ahí sí establecen con sus médicos y sus parteras una relación basada en el respeto y la confianza. Confianza que los profesionales comienzan a tener en nosotras cuando les decimos que podemos parir, que nos acompañen, que estén ahí para cuidarnos por si hace falta y nada más, porque sabemos y podemos parir.

(*) Conductoras del Programa “Vos Sabés”, enfocado en el parto respetado, y responsables de la la ONG “Vos Podés”, dedicada a los derechos del parto y la crianza