Entusiasmo, nerviosismo y desilusión

LOS ARGENTINOS COLMARON EL MONUMENTAL, PERO NO SE PUDIERON LLEVAR LA VICTORIA QUE ESPERABAN

El buen momento de la Selección en las Eliminatorias, la visita de Colombia y la presentación de tantas estrellas del fútbol mundial combinaron para que la cancha de River luciera un marco espléndido, como en las viejas buenas épocas.

Famosos, familias, hinchas comunes y aquellos que todos los fines de semana acuden a las canchas del fútbol argentino le dieron el colorido final para un partido que prometía más de lo que finalmente ofreció en cuanto a resultado, claro.

En el arranque, el triunfalismo fue notorio. La multitud descontaba el triunfo, y ni siquiera con la ausencia de Messi alguien podía ponerle un freno a la ilusión de empezar a sellar la clasificación al Mundial de Brasil.

Por eso, desde las tribunas hubo tibios aplausos para José Pekerman y Radamel Falcao, uno ex técnico de la Selección y otro goleador de River en la época de Diego Simeone entrenador.

CLIMAS CAMBIANTES

El momento de mayor tensión se vivió al momento de las expulsiones de Zapata e Higuaín, que desató un tumulto de jugadores y a los hinchas insultando al árbitro venezolano por haber sacado la tarjeta roja al mejor delantero de la Selección.

De todos modos, cuando el crack del Real Madrid se retiraba rumbo a los vestuarios, la platea baja coreó “Ole, olé, Pipa, Pipa”, bancando al jugador que evidentemente se había equivocado.

De inmediato, en sintonía con el andar dentro de la cancha, el publico se fue apagando. Sólo silbidos cuando Colombia pasaba la mitad de cancha y poco más. Si hasta se hicieron sentir los 3 mil hinchas colombianos, en su gran mayoría detrás del arco que en el primer tiempo defendió Ospina.

Hasta que Alejandro Sabella decidió mandar al campo a Lionel Messi. Ahí los hinchas recuperaron su semblante y el leit motiv por el cual muchos de los anoche presentes estuvieron en el Monumental: ver al mejor jugador del mundo.

Pero la presencia de Lío, si bien alimentó la esperanza, no alcanzó. Messi no fue el Messi de antes. Se lo notó tímido y temeroso. Entonces, la expectativa se fue apagando.

A los 26 minutos del complemento se volvió a vivir otro momento de tensión. Fue en el gol anulado a la Argentina, que como nunca antes hizo salir de sus casillas a Alejandro Sabella y a sus ayudantes. Los hinchas, en medio de la tensión lógica de una instancia decisiva, apretaron los dientes y descargaron su bronca con el árbitro y, principalmente con el juez de línea.

De inmediato, ya cuando en el estadio se escuchaban gritos aislados, llegó la patada mal intencionada de Falcao a Federico Fernández, que hizo que buena parte de los presentes (los que no eran de River) recordaran las tantas acciones del colombiano cuando le tocó jugar en el fútbol argentino.

En el final, ya con el 0-0 asegurado, hubo aplausos. Se acabó la tensión y, aunque con palpable desilusión, los hinchas aplaudieron con resignación. Es que de todos modos, Argentina sigue invicta y muy cerca del Mundial.

PANTALLAS EN EL AEROPARQUE

El aeroparque metropolitano vivió a través de los televisores de los bares el partido de anoche, que tuvo como pocas veces un clima festivo en un lugar generalmente ajeno. Desde temprano, en el Aeroparque metropolitano se respiró ambiente futbolero, por la buena cantidad de arribos de hinchas del seleccionado argentino, provenientes del interior del país, que se hicieron mostrar con sus camisetas y banderas celestes y blancas.