En el haber del Lobo y en el debe del Pincha

HUBO MUCHA LUCHA DURANTE EL CHOQUE ENTRE ESTUDIANTES Y GIMNASIA

ENFOQUE
Por HECTOR COLLIVADINO

El empate y el desarrollo premia al Lobo y castiga a Estudiantes. Decididamente.

Porque Gimnasia cumplió con creces. De entrada nomás pisó con mucho carácter, en esa especie de circo romano en el que se escenificó el clásico 150. Con decenas de miles de enfervorizados pinchas esperando de su equipo un dominio ostensible para arrollar a un rival con menos público que Uruguay en el Maracanazo. Y no va en sentido peyorativo.

El tripero le peleó palmo en todos los sectores. No le permitió el circuito fluido de fútbol, ese que tuvo ante Boca o en Rosario con Newell’s. Y de paso también circunscribió a Verón -que para colmo se fue sentido- con acertada marca. Lució en lo individual y lo colectivo.

Ese primer tiempo promedió con dos clarísimas oportunidades. La diferencia es que antes del cuarto de hora y por el único lugar por el que el local llevaba peligro llegó el centro de su atacante más capaz, el Patito Rodríguez, el remate de Correa pero también los reflejos de Monetti para tapar la situación de gol perdida más clara del León. Por contrapartida, el más eficaz trámite del Lobo, con centro para Blengio mostró el oportunismo del otro Correa, el colombiano, quien lo transformó en gol.

Le dolió al local y de allí en más Pereyra tuvo un par de oportunidades de contraataque y Blengio lo perdió sobre el final del inicio pero Desábato salvó la caída. En tanto, el dominio de Estudiantes se limitaba a centros infructuosos bien neutralizados.

El complemento, futbolísticamente, fue para el olvido. Gimnasia había perdido a su atacante más picante, el colombiano. Acertó el DT al ponerlo. Le pagó con otro gol.

Lo más importante en ese lapso tuvo como protagonista excluyente a quien nunca debió serlo: Saúl Laverni. Sin espacio ni necesidad de abundar en críticas, digamos que había amonestado de más. Como por ejemplo a Oreja. Al cuarto de hora, Laverni completó su gravísimo error. Le cobró mano, que no fue, virtualmente en la media luna y le sacó roja por acumulación. El tiro libre puso chapa definitiva al marcador. Salvo un contraataque a los 40 de Barsotini salvado de cabeza, no hubo nada de riesgo.

Estudiantes quedó en deuda, dijimos, Se alejó del lote puntero. No alcanzó su mejor versión nunca. Fue errático.

¿Por qué el Lobo se pudo ir ilusionado? Por esa prueba de carácter en el Unico, estadio mufado con el archirrival enfrente, sin su público y con diez hombres media hora. Sin colgarse del travesaño. Elogiado por el DT y algunos jugadores pinchas. No es poco. Está a tres de la punta. Tiene 14 unidades. Hay 33 en juego. Con sumar casi la mitad haría un campañón en el Inicial. Sacar más ya entraría en el terreno de los sueños.