Un Bosque encantado

SENSACIONES
Por WALTER EPISCOPO

Parada brava la de ayer. Pedro Troglio venía pidiendo calma tras la victoria en Bahía Blanca, y no pensar más allá del objetivo de llegar a los 50 puntos. ¿Pero cómo no se va a ilusionar con un poco más el hincha, si el equipo ya sumó 47 puntos y aún quedan 18 en juego?

El pueblo Tripero desafió la fresca tarde de domingo donde de a ratos el sol hizo un guiño, y no dudó en ir a alentar al equipo. Y se fue feliz ya entrada la noche porque el elenco de Pedro, metió tres victorias al hilo, y parece estar pasando por un buen momento colectivo e individual.

“Hoy hay que ganar... hoy hay que ganar... hoy hay que ganar Basurero, hoy hay que ganar...” , era el canto en la previa cuando los jugadores aparecieron en el campo. “Siempre nos complican estos tipos” , decía un plateísta mientras se acomodaba, otro a su lado le tiraba a modo de historial, “nunca les pudimos ganar en Primera de local” . Contra ese mito también se jugó, el de enfrentar a un rival chivo, “como era Deportivo Español en los ´80” , recordó otro.

La bandera de “La Banda de Fierro” al revés en señal de protesta por el derecho de admisión, la enorme bandera cubriendo toda la cabecera del Bosque, y la ya clásica manga con la imagen del Lobo, eran las postales más fuertes.

Manos que se frotaban, camperas abrochadas en la previa, pero que se desabrocharon automáticamente tras el gol de Maxi Meza , y el 1-0 que tranquilizaba.

Por momentos el recuerdo del accidentado partido del campeonato pasado aparecía, ya que se jugaba con pierna fuerte y los chispazos no faltaron. El Lobo jugó con dientes apretados, sabiendo que no podía equivocarse.

“Los Triperos... y vamos los Triperos...” , cantaba toda la cancha tratando de empujar a los once jugadores albiazules cuando la visita parecía que se acercaba al empate.

Un segundo tiempo que Gimnasia parecía manejar, pero con el correr de los minutos y ante cada chance de gol perdida, cada vez que los de Sarandí se acercaban a Monetti , el sufrimiento era general.

Aplausos para la entrega de Pouso , la desfachatez de Mendoza y Meza , la calidad de Alvaro Fernández , y el enorme corazón de Mussis , que tuvo su propia ovación: “Olé, olé, olé, olé, Gordo... Gordo” , cuando fue reemplazado.

Los últimos minutos fueron intensos, nerviosos, por eso el “Dale Lobo, Dale Lobo” que aparecía tras el segundo de Meza , y el grito con mezcla de alegría y desahogo.

Los 4 minutos de descuento fueron a puro, “señores dejo todo, me voy a ver al Lobo, porque los jugadores me van a demostrar, que salen a ganar...” .

Y sin dudas, a esta altura de los hechos, a ningún hincha le quedaban dudas de esto.