El “boom” de las pymes tecnológicas: una oportunidad y un desafío para la Ciudad

Están todas las condiciones dadas para que La Plata se transforme en un polo tecnológico de referencia a nivel nacional.

Lo dicen, con profunda convicción, los integrantes de La Plata Hub, una incubadora de empresas de base tecnológica. Lo aseguran los responsables del Distrito Informático del Gran La Plata (Dilp), conformado por Pymes de ese sector productivo. Y lo demuestran a diario los 90 emprendimientos ligados a las nuevas tecnologías que funcionan dispersos por la Ciudad.

La tierra es muy fértil y hay muchas semillas germinando. Con el apoyo necesario “estamos convencidos de que en dos o tres años puede funcionar en nuestra ciudad un polo tecnológico que no tendría techo”, afirma el presidente del Distrito Informático y fundador de la incubadora La Plata Hub, Pablo Baldomá Jones.

La proliferación de iniciativas productivas de base tecnológica que se dio en los últimos años es mayor de lo que se cree. Desde la incubadora decidieron realizar “un mapa interactivo del ecosistema local -La Plata Up-, con el fin de mostrar el potencial que tiene la Ciudad, así como la dispersión de los emprendimientos”, apuntó Baldomá. El acceso al sitio es libre y son los responsables de las empresas quienes las suben al mapa.

Hoy figuran 88 Pymes. Desde las más nuevas hasta algunas que ya son conocidas. Desde las que llevan adelante dos personas hasta Globant, la empresa de software que en 2003 crearon en La Plata cuatro amigos y que hoy tiene más de 3.700 profesionales en algunas de las principales compañías del planeta, cuenta con 26 centros de desarrollo en 17 ciudades de 7 países, y fue seleccionada para ser caso de estudio en las universidades de Harvard y Stanford y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

“De un emprendimiento suele surgir otro, y de ese otro, y así sucesivamente, pero eso necesita de una retroalimentación permanente”

A propósito de ese gigante mundial que nació en la Ciudad y que mantiene aquí una sede, uno de sus fundadores, Néstor Nocetti, abonó con creces la idea. “En La Plata existe mucho potencial y talento, por lo que es importante apoyar iniciativas como la creación de un polo tecnológico que fomente el crecimiento de este sector productivo. Si bien la iniciativa es incipiente, tiene mucho potencial para continuar desarrollándose”, subrayó en diálogo con este diario.

Una clave de esa potencialidad la constituye “la existencia en la Región de las universidades, tanto públicas -UNLP y UTN- como privadas, y sobre todo de las facultades de Ingeniería e Informática”, dice Baldomá, y añade que sin esos pilares pensar en un polo tecnológico de referencia sería imposible. Pero están y deben ser aprovechados, apuntan en el Distrito Informático.

Otra clave es “el espíritu emprendedor que hay en la Ciudad”, aunque eso parece no aprenderse en las aulas de la universidad nacional. Juan Martín Savage, junto con Luis Durán, se dedica a fabricar bicicletas eléctricas, y cuenta que llegó a ser estudiante avanzado de licenciatura en Administración en la facultad de 6 y 48, pero “no tuve una sola materia relacionada al emprendedorismo”.

Entonces se volcó al proyecto E-Mov, que “en 2013 fue finalista de Innovar, en Tecnópolis”. En un taller ubicado en 8 entre 59 y 60, los jóvenes ya fabricaron 50 bicis con un moderno diseño que permiten movilizarse por la Ciudad sin preocuparse por embotellamientos ni nada que se le parezca. “Funcionan con baterías de litio o de gel. Ahora conseguimos un inversor que financiará otras cien. Nosotros seguimos, no paramos. Y eso nos genera un impedimento -advierte Juan Martín-, ya que como en este tipo de empresas todos hacemos todo, poco nos podemos ocupar de interiorizarnos sobre las líneas de crédito y el apoyo que brindan los gobiernos, que de un tiempo a esta parte se han ocupado un poco más del sector. Por eso, se requiere de un trabajo conjunto más fuerte”, apunta.

Y ahí está la otra clave, el Estado. “Nosotros hablamos siempre del triángulo de Sabato: empresarios, universidades y gobierno. Cerrándolo, todo el potencial podría aprovecharse. Porque nosotros siempre vamos a ir para adelante, pero es una realidad el hecho de que estamos dispersos”, insiste Pablo Baldomá.

Dispersos por las calles de la Ciudad andan los repartidores de ensaladas de “Salad City, la primera comunidad de ensaladas on line”, un emprendimiento fundado por Justo Maselli que es ejemplo de la aplicación de la tecnología a una actividad tradicional.

“Se trata de un delivery de ensaladas por internet, y lo que buscamos por el momento es que el pedido llegue tal cual se hizo y en el tiempo exacto, es decir, el respeto por el cliente ante todo”, cuenta Justo, y explica que aún no le incorporaron el pago virtual porque hay mucha gente que desconfía de ese sistema.

A su lado, Baldomá señala que la iniciativa del delivery, que nació hace 6 meses y ya cuenta con un promedio de 60 pedidos al día, es una muestra perfecta de “la tendencia mundial en la que se enmarca el fenómeno que se viene dando en La Plata, denominado internet de las cosas”, un concepto que nació en el MIT y que refiere a cómo se pueden potenciar las funcionalidades de los elementos u objetos de la vida cotidiana a través de la tecnología informática.

Otro de los 90 emprendedores que hoy existen en la Ciudad, al menos según La Plata Up, es Juan Rabadán. Es el director y fundador de Lunula, una aplicación gratis que “posibilita despojarnos de todas esas cosas que no usamos en casa, ya sea vendiéndolas o regalándolas. El plus que le agregamos es que las personas se manejan dentro de círculos de confianza. Primero, los contactos que tienen cargados en el teléfono, luego los amigos de sus amigos, y finalmente la gente de la propia ciudad. Hicimos una importante inversión inicial, y hace 4 meses empezamos con el desarrollo”, dice el mentor de esta iniciativa que ocupa a 24 jóvenes en 55 entre 9 y 10.

Es de destacar que cada vez que un emprendedor contaba su iniciativa, los otros se salían de sí mismos haciéndole preguntas y hasta dándole consejos. El entusiasmo, las ganas, la curiosidad, estaban a flor de piel.

TODOS JUNTOS

“Si en vez de estar dispersos pudiéramos contar con un predio para que se instalen todos los emprendimientos, esto se daría cada día y entre 60, 70 o más”, graficó Baldomá para explicar porqué tanto hincapié en el tema de la disgregación.

“Es que de un emprendimiento suele surgir otro, y de ese otro, y así sucesivamente, pero eso necesita de una retroalimentación permanente”, afirmó el director de La Plata Hub y responsable del seminario de emprendedores de la UNLP, Nicolás Perazzo. Esa es una de las herramientas que se pusieron en marcha para fomentar a quienes tienen ideas y ganas de crear su propia empresa. Se dicta en Económicas y convoca a “economistas, informáticos, veterinarios, médicos, diseñadores”, enumera Perazzo para resaltar que es impresionante la variedad de personas y profesiones que se reúnen.

Eso es lo que destacan en el Distrito Informático La Plata como “el espíritu emprendedor” que existe en la Ciudad y que no se puede desaprovechar. “El conocimiento, la innovación, generan valor agregado, y producen desarrollos para los ciudadanos. Hay múltiples ejemplos sobre el aporte de la tecnología a la calidad de vida. En la Ciudad, por ejemplo, se podrían terminar las colas para hacer trámites”, dicen, para remarcar que “es necesario que exista un trabajo y un enfoque conjunto con los gobiernos municipal y provincial. Es algo a tener en cuenta a corto o mediano plazo. Esto debe ser una política de Estado”, resaltan.

“La Ciudad tiene universidades de un nivel de calidad excelente, lo que hace que se genere un ecosistema de conocimiento y de profesionales destacable y muy positivo, ideal para convertirla en referente en el sector de la tecnología”. Lo dice Néstor Nocetti, co-fundador de Globant, que en 2003 empezó con 4 amigos y hoy es referente mundial.