Europa levantó las sanciones a Austria

Las sanciones impuestas por 14 países de la Unión Europea (UE) contra Austria han sido levantadas tras unos siete meses de vigencia, informaron los representantes de Francia, que ocupan la presidencia rotativa del Consejo de la organización, pero bajo la condición de que el gobierno integrado por una coalición seguirá bajo "una especial vigilancia", en particular al ultraderechista Partido de la Libertad (FPOE) de Joerg Haider.
El comunicado indica que el informe de las tres personalidades designadas para seguir la evolución del gobierno de Austria y denominados "sabios" contiene cuatro conclusiones esenciales:

"Las medidas de bloqueo diplomático demostraron su utilidad, el modo de proceder del gobierno austríaco no se orienta contra los valores comunes europeos, las medidas habrían tenido un efecto contraproducente de haber continuado y el FPOE puede ser clasificado como un partido populista de derecha, con distintivos extremistas y un desarrollo incierto en el futuro".
La decisión llegó cuatro días después de que un reporte de la UE recomendara un inmediato fin de las sanciones, a las que consideró "contraproducentes" e injustificadas.
Los socios de Austria en la UE aislaron a Viena en febrero, luego de que el FPOE de Haider ingresara en el gobierno austríaco. Desde el viernes deliberaban sobre el informe de los "sabios", en el que se instaba a levantar las medidas para el aislamiento diplomático de Austria.
La decisión puso punto final al asunto que se había convertido en una especie de dilema político para la Unión. La UE había restringido la promoción de austríacos en sus estructuras y había desterrado a los ministros austríacos de sus reuniones.
Las medidas no solamente incitaron el sentimiento anti-Unión Europea en Austria, sino que también amenazaron con influenciar un referéndum en Dinamarca sobre la membresía en la UE, que tendrá lugar en dos semanas.
La recomendación de los sabios, más que una vuelta sobre sus pasos de las decisiones anteriores, significaron más bien un cuestionamiento a la eficacia de las medidas adoptadas por la Unión Europea de el caso austríaco y que se suma a otras decisiones de aplicar medidas de represalia política y económica aplicada en diversas partes del mundo contra algunos regímenes políticos. El tema fue objeto de controversias durante la reciente "Cumbre del Milenio" de las Naciones Unidas, que no llegaron a acuerdos concretos sobre la utilidad de estas medidas.
Es más, hubo coincidencias que en algunos casos, la decisión de adoptar este tipo de acciones llevaron a situaciones aún peores de las que se buscaba solucionar.
El caso de Austria, en este sentido es paradigmático. Si bien las medidas de la Unión Europea significaron el alejamiento de Joerg Haider de la conducción del Partido Libertad, lo cierto es que la tendencia xenófoba de los integrantes de su partido sigue existiendo. Al mismo tiempo se indicó que la idiosincrasia del ultraderechista FPOE de Haider justifica todavía actualmente "preocupación entre todos y por eso la mayor vigilancia".
Francia le propuso a sus socios en la UE un mecanismo de vigilancia e impuso su idea. "No tenemos motivo de ningún tipo para trivializar la ideología del FPOE", se indica. "Tampoco existen indicios de ninguna índole de que el partido se modifique".
En la Unión Europea (UE) quedó un gusto amargo, aun cuando una de las crisis más profundas en la cooperación europea llegó a su fin al quedar sin efecto el aislamiento político de Austria. Los más fuertes impulsores de las medidas, Francia y Bélgica, deben admitir abiertamente su derrota. Los países más moderados, como los escandinavos, lamentaron tempranamente haberse dejado involucrar en la acción.
Los ministros austríacos eran totalmente ignorados durante las sesiones. No eran saludados, no se dialogaba con ellos, aunque estuvieran sentados junto a sus colegas. Incluso en las tradicionales fotos grupales nadie quiso durante meses que se encendieran los flashes mientras sus pares vieneses estuvieran allí. Aunque el aislamiento político es jurídicamente impugnable, según la vicepresidenta de los Verdes en el Parlamento Europeo, Nelly Maes, también tuvo un efecto positivo.
La crisis también afectó a los funcionarios en Bruselas, ya que en parte los paralizó y les generó gran inseguridad en su proceder con los funcionarios austríacos. Varias veces Bruselas se ofreció como mediadora en la disputa, lo que fue rechazado por Francia y Bélgica. El litigio dejó al descubierto una problemática: los miembros de la UE prácticamente no cuentan con margen contra gobiernos "molestos" de países socios. Sólo cuando un país atenta gravemente y en forma duradera contra los valores básicos de la Unión puede decidirse la suspensión de determinados derechos.
En la recientemente discutida reforma del acuerdo de la UE, algunos quieren que también sea posible una acción preventiva en este marco. El interrogante es cómo procederán los países de la UE ante un próximo caso de participación de un partido extremista en un gobierno. La UE podría verse envuelta en un nuevo dilema en caso de una victoria electoral de una coalición de derecha en Italia, que incluya a posfascistas y populistas bajo la conducción de Silvio Berlusconi, varias veces condenado en primera instancia.
Nuevos conflictos podrían surgir también en futuros gobiernos de los doce candidatos a ingresar a la UE, a veces sin una democracia consolidada. De todos modos será difícil fijar reglas que puedan ser aplicadas de manera eficiente en todos los casos.