El Bosque volvió a ser una fiesta

El Bosque fue una verdadera fiesta. El estadio lució colmado. Hubo clima de final. Una tarde no apta para cardíacos, porque fue un partido electrizante, con un final muy caliente y un triunfo agónico para el equipo de Troglio. Tras la gran victoria en Tucumán, el hincha fue a alentar a su equipo con la expectativa de verlo ganar en el Bosque por primera vez en el año. Y el equipo les regaló el triunfo.

De antemano era un partido muy complicado, y así fue. Pero el Lobo entregó todo. Luchó, corrió, metió y la gente desde afuera alentó en todo momento tratando de contagiar a sus jugadores. Es que se sabía que necesitaban los tres puntos para seguir alimentando la esperanza de ascenso.

No importó el clima reinante. Que saliera el sol, que la lluvia de a ratos amenazaba con aparecer. Que estaba muy pesado y no alcanzaba con mojarse el pelo, tomar agua o sacarse la remera. Había que estar en el Bosque para apoyar al equipo de Pedro, no importaba nada más, porque había ambiente de final.

Miles de triperos con sus banderas y sus camisetas peregrinaron rumbo al Bosque en las primeras horas de la tarde y desde cada rincón del sector local, por momentos el "Dale Lobo" fue ensordecedor, y la enorme bandera cubriendo la cabecera del Bosque motivó el primer gran aplauso.

Después vinieron las atajadas de Monetti; el tiro en el travesaño de Cabrera; las expulsiones de los jugadores y la de Troglio; el bendito penal convertido por Macaluso y los interminables 5 minutos de descuento. En el final la explosión y el grito contenido. El Lobo ganó y sigue subiendo en la tabla. Había motivos para festejar como se festejó, la ilusión sigue su marcha.