Estudiantes, un festejo para empezar

COMENTARIO

Por MARTIN CABRERA

Muy cerca del Casino Trilenium, en donde a veces los sueños de cumplen, el Estudiantes de Diego Cagna apostó sus fichas y ganó. A los 42 minutos la ruleta marcó negro el 17 y todo fue euforia en la tribuna visitante. Centro de Carlos Auzqui desde la derecha para el cabezazo de Guido Carrillo, la nueva figura del equipo que le permitió al Pincha arrancar con el pie derecho e ilusionarse.

No fue un gran partido del ganador, pero poco importa eso en un inicio de temporada, y mucho menos cuando el torneo anterior fue de regular para malo. Sumó tres puntos como visitante y con un gol de una de sus promesas, el pibe surgido de la cantera que está para algo más que ser una alternativa: Guido Carrillo.

El nuevo Estudiantes mostró cosas interesantes, sobre todo de mitad de cancha para adelante. Gastón Fernández jugó como en sus viejos tiempos. Fue conductor y delantero. Fue corazón y cerebro. Junto a él otro histórico: Rodrigo Braña. El Chapu corrió desde el minuto 1 al 90. Marcó el pulso del partido y contagió. En esos dos pilares se apoyó el equipo para traerse los tres puntos desde una cancha en la que generalmente pierde, como en el torneo que se consagró campeón.

MAXI GOL DEL PIBE NUÑEZ

Cuando todavía los hinchas y jugadores no se habían acomodado en la cancha llegó el primer gol de la noche. Guido Carrillo, con la cabeza arriba, habilitó de volea a Maxi Núñez. El pibe de Temperley corrió más que Ramiro Leone y definió cruzado al segundo palo de Javier García. Gol y otro partido en cancha.

Lejos de conformarse, el Pincha siguió lastimando de contra y muy cerca estuvo otra vez Maxi Núñez de convertir el segundo. La Gata, de pizarrón a espaldas de Paparatto, lo dejó solo por la derecha. Pero esta vez la fortuna no estuvo de su lado: remate fuerte y alto que se estrelló en el ángulo.

Estaba para que goleara Estudiantes. Rodrigo Braña era un León que no paraba de correr, Gastón Fernández lastimaba cada vez que pasaba mitad de cancha, Román Martínez mostraba pinceladas de crack… Pero a este equipo todavía le falta mucho.

MI COSTADO IZQUIERDO

Arruabarrena, a sabiendas que su rival podía mostrar flaquezas por el andarivel izquierdo, atacó todo el partido por allí. Ni Michael Hoyos ni Germán Ré pudieron hacer pie en toda la noche y sufrieron a Torassa, Martín Galmarini y a quien se volcara por allá.

Si bien Tigre no tuvo mucha audacia y siempre jugó con la tranquilidad de saber lo que buscaba, el Pincha fue dejando en evidencia que el primer error lo podía pagar muy caro. Primero lo tuvo el capitán Galmarini con un remate cruzado que pasó muy cerca del palo de Justo Villar. Más tarde Diego Castaño ganó de alto en el corazón del área y le cabeceó a las manos del paraguayo. A los 31 Tigre estuvo a punto de empatarlo con un tiro de Torassa que Agustín Alayes en gran reacción despejó al corner con su pierna derecha. Pero fue el propio Alayes quien se apresuró y le cometió penal a Mariano Echeverría cuando el defensor se acomodaba, lejos, para apuntar al arco. Luego fue gol de Emanuel Pío, 1-1 y otra vez a empezar.

PARECIA QUE EMPATABAN…

El segundo tiempo se jugó con menos intensidad que el primero. Tigre mantuvo su ritmo cansino y Estudiantes no se decidió a pasar al ataque. Por eso no pasó nada de nada y hasta las tribunas empezaron a pensar que el reparto de puntos no estaba tan mal para empezar, porque el local mostraba un equipo renovado y el visitante iniciaba un proceso sin su máximo ídolo.

Como habrá sido de malo el complemento que los arqueros casi no participaron. Pero había una ficha más en el bolsillo. Estudiantes la usó y ganó. El ingresado Carlos Auzqui sorprendió por la punta derecha, centro al corazón del área para que Carrillo, ausente en todo el segundo tiempo, metiera de cabeza el gol del triunfo para que el Pincha se trajera algo más que tres puntos desde Victoria, cerquita del Trilenium.

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