Otro ataque de motochorros en pleno centro de la Ciudad

EL LOCAL DE DEPORTES ESTÁ UBICADO EN LA ESQUINA DE 7 Y 45. Y EN LOS ÚLTIMOS CINCO MESES FUE BLANCO DE IGUAL CANTIDAD DE ROBOS

En un año que estuvo signado por una seguidilla de asaltos que no les dio descanso, este nuevo mes empezó como se lo imaginaban: con otro robo a mano armada. “Tenemos en promedio un robo por mes”, aseguró la encargada de un local de ropa deportiva del Centro.

Y la tendencia se mantiene. Ayer, poco después de las 13.30, dos delincuentes se bajaron de una moto, que habían dejado estacionada a pocos metros de la entrada del negocio, en 7 y 45, y fueron directamente a robar, sin siquiera hacerse pasar por clientes.

A esa hora y, en esa esquina, “pasaba mucha gente, y hasta había un patrullero parado de la mano de enfrente de calle 7”, destacó María José, la encargada del comercio.

“A los ladrones no les importó nada. Entraron, nos amenazaron con armas y se llevaron la plata”, sintetizó la mujer, una de las víctimas presentes en este asalto.

$ 6 mil en mercaderías

Se trató de un asalto que transcurrió “rapidísimo”, pero que significó la pérdida de mil pesos en efectivo de la recaudación, más otros seis mil en mercaderías.

En total, los delincuentes se escaparon con “seis camperas, nueve conjuntos deportivos y ropa de Estudiantes”, que estaban en exhibición, enumeró María José en diálogo con EL DIA.

En un instante previo a la huida de los ladrones, un cliente que estaba por entrar notó la situación y corrió a avisarle a la Policía.

Sin embargo fue todo en vano. “Estábamos enfrente”, escuchó la encargada del negocio de boca de los agentes.

“Parecía que me estaban tomando el pelo”, se quejó la mujer.

Los antecedentes ocurridos en ese local de ropa daban para pensar que faltaba poco para el siguiente asalto.

“En los últimos cinco meses, nos robaron cinco veces. Es terrible, porque nunca ven nada ni agarran a nadie”, criticó la encargada.

“Cada vez que nos roban mandan más seguido algún patrullero y vemos que están por acá. Hasta que eso se termina y nos vuelven a robar”, aseguró.

Si bien por el momento los dueños del local no tendrían intención cerrar el negocio, a raíz de los asaltos reiterados, María José reconoció tener “miedo” por su familia cada vez que va al trabajo.

“Esta vez no pasó nada. La próxima no sé. Atender acá es estar en riesgo de jugar con la suerte de que nos puedan lastimar”, concluyó muy preocupada.