Jugó como le pedía su gente y estiró el crédito de su discutido entrenador

LA FORMACION DEL PINCHA QUE SALIO A JUGARLE A VELEZ Y QUE LO HIZO CON BUEN RENDIMIENTO

OPINION
Por MARTIN MENDINUETA

Don Osvaldo Zubeldía no hablaba demasiado en público, era tímido y jamás se sintió cómodo en la exposición mediática. El “Narigón” Bilardo, un personaje obsesivo e intenso como pocos en el mundo del fútbol, tampoco se soltaba tanto frente a una cámara. Y Alejandro Sabella, el tercer gran conductor de la historia albirroja, es un director técnico serio, formal y que no se perdonaría improvisar un show de gestos, gritos y ademanes. Ellos, exitosos, queridos y respetados, no necesitaron “vender humo” para demostrar que estaban convencidos del modo en que condujeron a sus respectivos equipos. Los buenos resultados fueron decisivos, obvio, pero ellos se ayudaron a sí mismos mostrándose convincentes, seguros de lo que querían hacer.

La referencia tiene como objetivo remarcar que a Diego Cagna le están faltando atributos para poder seducir y convencer (de eso se trata en muchísimas facetas de la vida) a una hinchada que siempre le rescató valores humanos, aunque pone en duda su idoneidad como “cerebro” de un equipo al cual debe marcarle a fuego su impronta.

Estudiantes no ganó en Liniers porque hasta la buena suerte ahora le da la espalda. Jugó muy bien y mereció llevarse todo lo que había en juego. La presión que desplegó, especialmente en el mediocampo, fue ejemplar. Vélez no sabía qué hacer. El último campeón lució impotente, ahogado, superado en carácter y dubitativo. Todo por mérito de un “León” desbordante de actitud. Jugando así no hay hendija libre para ninguna sospecha de displicencia. Estudiantes rescató de su memoria ese carácter brutal que lo hizo respetado en el mundo entero.

El Gelabert de hoy es el mejor compañero de gestión para Braña. Jara dejó la piel; corrió, marcó, tocó y hasta arañó el grito sagrado pateando un tiro hermoso desde la media distancia. Ellos en el medio y Zapata arriba, una especie de “llanero solitario” que se divierte llevando rivales a la rastra, fueron los destacados de un equipo con sangre hirviendo.

Esta vez importa nada que no haya ganado. Fue como si lo hubiera hecho. Jugó del modo que tanto le reclamaba su gente; sin miedo, sin dar pases burocráticos, sin “pachorra”, con hambre de gol. No sería bueno modificar esta formación y, mucho menos, el esquema táctico. Tres en el fondo, Angeleri de líbero, el “Pampa” al lado del “Chapu” y Jara por la derecha, debe ser parte medular de la estructura que necesita afianzarse. Sigue en deuda Román Martínez y Jonathan Silva hoy está lejos de lo que ofrece Iberbia, pero debe insistir con ellos. Es lo más saludable.

EL DT DEBE DEFENDERSE SOLO

Lo quiere el presidente Lombardi. Otros directivos, no. Habla con Alayes. Poquito y nada con Verón. Cagna no puede andar por el Country esperando abrazos fraternales. Para convencer a los dirigentes, a los directores del fútbol y a los hinchas, primero deberá demostrar que él está convencido de su capacidad y temperamento como entrenador.

Después de semejante rendimiento positivo tendría que haber puesto mayor énfasis en su conformismo por lo hecho; así como también absoluta confianza y optimismo por lo que vendrá. Nadie le sugiere que se vuelva verborrágico, ni enérgico de la noche a la mañana; sólo que haga saber de un modo más elocuente que le sobra fe para quedarse a vivir en Estudiantes de La Plata.