Madrugada de terror para una familia de La Loma

UN MATRIMONIO Y SU NIETA DE 13 AÑOS VIVIERON AYER A LA MADRUGADA UNA PESADILLA EN LA LOMA

“Tranquilos, amigos”, les pedía una adolescente de 13 años a los tres delincuentes que acababan irrumpir en la casa de sus abuelos. A los ladrones no les importó: le pegaron al dueño de la vivienda en la cara y amenazaron con cortarle los dedos a su esposa.

Fue una nueva entradera que esta vez tuvo como víctimas a dos profesionales y su nieta en una propiedad de La Loma.

La pesadilla se vivió en 21 entre 39 y 40. Comenzó alrededor de las 3.00 de la madrugada de ayer, cuando aprovechando que el portón de la casa estaba abierto, tres ladrones armados redujeron a un matrimonio de profesionales y a su nieta durante varios minutos.

“No sé en qué momento llegaron porque con mi nieta ya nos habíamos bajado del auto”, explicó la damnificada.

Cuando la mujer quiso cerrar la puerta, no lo consiguió: ya tenía delante de ella a dos de los asaltantes apuntándole y pidiéndole dinero a los gritos.

Mientras, Carlos Ramos, el médico dueño de la casa, terminaba de entrar el auto en la cochera. El tercer delincuente fue hacia él y lo golpeó en la cara. Aunque la víctima no alcanzó a ver con qué le pegaron, fuentes policiales que trabajaron en el caso estimaron que se trató de un culatazo.

El asalto recién comenzaba. El hombre fue conducido hacia donde estaba su esposa y su nieta, que veían horrorizadas cómo perdía sangre por la herida.

Los delincuentes continuaron exigiendo dinero en efectivo. “Les tuve que dar alrededor de 10 mil pesos de unos honorarios que acababa de cobrar”, precisó la mujer, que es abogada.

DISPUESTOS A TODO

Entre las armas de los asaltantes también había un cuchillo. Uno de ellos empuñó esa arma blanca y se la apoyó en el cuello a la damnificada, mientras también le apuntaban con un revólver en la frente.

El motivo de esa violenta manera de increpar a la abogada fue que se rehusaba a quitarse la alianza de matrimonio que llevaba en la mano.

La negativa de la víctima enfureció al ladrón, que amagó con amputarle el dedo. “Para que no me hicieran nada, se la tuve que terminar dando igual”, admitió la mujer, que pidió reserva de su identidad.

Otros elementos de valor con los que escaparon los delincuentes fueron joyas y alhajas de oro, algunas de ellas “que solamente tenían valor sentimental”, aclaró la víctima.

La pesadilla pudo haber durado más tiempo. “Tal vez se fueron porque sonaba el teléfono y mi hijo estaba a punto de ir a buscar a la nena”, supuso la víctima, en referencia a su nieta, que presenció todo.

La Policía llegó al lugar y persiguió a los ladrones durante varios minutos.

De hecho, un móvil alcanzó a ver a los delincuentes en la zona de 44 y 137. Pese a los intentos por atraparlos, los asaltantes consiguieron fugarse a la altura de Melchor Romero. “Con esta situación de inseguridad, vamos cada vez peor”, consideró la abogada.

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