Golpean y atan a un funcionario y su esposa para robarles $ 200 mil

LA CASA DE SAN MARTÍN Y BARRAGÁN DONDE SE COMETIÓ EL ASALTO

El miércoles, alrededor de las tres de la madrugada, un matrimonio dormía en su casa de Ensenada. Lo primero que vieron cuando se despertaron, fue las luces de dos linternas y las puntas de las armas de fuego que portaban tres delincuentes que acababan de entrar a robar a la vivienda. Era el principio de una pesadilla que se extendió durante 40 minutos.

Las víctimas fueron Jorge Da Costa (51), secretario del Concejo Deliberante de la Municipalidad de Ensenada, y su esposa de 43 años. Según algunas fuentes policiales que trabajan en el caso, todo hace pensar que los ladrones tenían un dato preciso del dinero que allí podían encontrar.

“Por tratarse de una casa discreta, y saber que en la vivienda había dinero, suponemos que los delincuentes tendrían información certera para saber en dónde entrar a robar”, indicaron fuentes del caso.

golpeados y maniatados

Después de saltar una pared desde la propiedad de un vecino de las víctimas, los delincuentes rompieron una puerta-ventana e ingresaron a la vivienda, ubicada en San Martín, casi esquina Barragán.

Allí sorprendieron al matrimonio, totalmente desprevenido. “Despertate, despertate. No me mires y date vuelta”, fue la orden con la que los asaltantes increparon a las víctimas.

Ninguno de ellos se resistió, aunque según Victoria, la esposa de Da Costa, “él tardó más en responder, porque todavía estaba dormido. No reaccionó bien”, afirmó

La aparente tardanza del hombre en obedecer enfureció a los ladrones. Después de patearlo, lo obligaron a él y a su mujer a quedarse boca abajo.

“Después nos maniataron. Quedamos con las manos detrás de la espalda y nos empezaron a preguntar en dónde había plata”, contó la mujer, en diálogo con EL DIA.

Frente a semejante panorama, Da Costa sólo alcanzó a pedirles a los asaltantes que no fueran a la casa de su madre, que vive en el frente de la propiedad.

una vida de ahorros

Las amenazas de muerte se repetían a cada instante. Para evitar maltratos aún peores, el hombre les indicó a los ladrones los dos lugares en donde guardaban su dinero.

“Eran alrededor de 200 mil pesos, fruto del trabajo de diez años. Nos dan bronca algunos comentarios hirientes, porque esa plata la habíamos ganado con mi trabajo de empleada de comercio, y mi marido en su empleo en la Municipalidad y con su actividad de arquitecto”, señaló Victoria.

Los delincuentes se escaparon también con una computadora con información personal de Da Costa y “las pocas joyas que nos quedaban después de otros tres robos”, admitió la mujer.

Después de 40 minutos de terror, la pareja quedó encerrada con llave en su habitación. “Pudimos llamar al 911, y a los diez minutos llegó la Policía, que nos rescató del encierro”, agregó la mujer.

Para ella y su esposo era el fin de una pesadilla que será difícil de olvidar: “Fue una situación horrible. Cuando nos apuntaron a la cara con las armas, pensé que nos iban a matar”.