Guido Kaczka: ¡Volver al primer amor!

CON “A TODO O NADA”, EL CONDUCTOR LOGRÓ CONVERTIRSE EN EL DUEÑO DEL RATING DE LA TARDE

A los 35 años, y con un éxito como “A todo o nada”, Guido Kaczka marca el estilo de los nuevos conductores. Pero extraña la actuación y volvería si le ofrecen un papel que lo cope.

Ya no es el conductor favorito de los chicos. Y se la banca. Por eso asegura que en esta etapa de su carrera es el conductor de papá, mamá, el abuelo y de los pibes también. Y hay que darle la razón. El rating de “A todo o nada” lo avala.

¿Quiénes son sus referentes? La respuesta es, por lo menos, sorprendente. Guido tiene la virtud (y la disciplina) de mirar a todos los grandes. Y de todos aprende para intentar la proeza de superarlos. Quiere ser el número uno cueste lo que cueste.

“Por ahí no me gustan sus productos -asegura-. Pero a los grandes siempre les encuentro un talento. Miro a todos los conductores y me doy cuenta que en mi vida le debo haber afanado un poco a todos. Tinelli tiene un manejo del timming que admiro. De Pettinato admiro sus salidas. Pergolini es un tipo muy certero. Me encantaba la técnica de Badía... Soy un admirador de sus talentos pero no me gustaría ser como alguno de ellos en particular”.

MUCHA EXPERIENCIA

Como actor y conductor Guido no se privó de nada. Su currículum explica su éxito actual. Trabajó y aprendió, como él mismo lo admite, desde que tiene recuerdos. En la lista de sus trabajos, y de sus éxitos, hay que señalar a clásicos de la pantalla chica como “Pelito”, “Clave de sol”, “¡Grande, pá!”, “Chiquititas”, “Verano del 98”, “Rincón de luz”, “Los pensionados”, “Polémica en el bar”, “El último pasajero”, “Alto el juego” y actualmente “A todo o nada”.

Esta lista, que pocos pueden superar, no impide que tenga un pico de nostalgia cuando se habla de su regreso a la ficción, que fue el primer amor de su vida como profesional. Y si bien este regreso no está en sus planes inmediatos, lo pensó. Al menos, como fantasía. “Podría estar con un personaje acorde en ‘Solamente vos’ o en ‘Vecinos en guerra’. No hay con qué darle: ¡Me tira la comedia! Igualmente hoy no cambiaría mi función actual por la actuación. Me siento completo con el programa”.

Nadie tiene la llave del éxito, pero sí puede llegar a tener su explicación, una vez que el público consagra un programa. Guido tiene, sobre su éxito actual, una explicación posible. En realidad, un poco más convincente.

“Este año -reflexiona- tuvimos días de 12,7 puntos de rating. El doble del año pasado. ¿A qué lo atribuyo? A que los juegos están bárbaros, pero funcionan como pretexto para hablar con la gente. Se generan charlas entretenidas y creo que ese encuentro es lo que marca la diferencia con otros programas. Creo que nos sentimos medio amigos con los que miran el programa. Además, el público se amplió mucho”.

Un punto a favor de Guido es que no necesitó del escándalo para ser conocido. Nunca apeló al golpe bajo ni a los insultos de grueso calibre. La única circunstancia en que fue noticia por su vida privada fue durante la separación de la actriz Florencia Bertotti, madre de Romeo, su hijo de 5 años.

Hoy, rehizo su vida junto a Sole, su nueva pareja desde hace dos años.

El pasado pisado dice el refrán y Guido siente que es así. Al mismo tiempo sabe que pertenece a un mundo donde el escándalo puede explotar en la cara de cualquiera. Así son las reglas del juego y por ahora no van a cambiar.

“Al ser conocido -admite- uno está dispuesto a que esas cosas sucedan, para bien o para mal. De mi vida lo más mediático fue la separación, pero sería exagerado decir que fue un escándalo. De eso puedo hacer un buen balance. Pero obviamente, uno trata de que lo escandaloso e íntimo quede puertas adentro”.