Asaltaron un instituto terciario en 6 y 43: encerraron a seis mujeres

EN EL INSTITUTO TERCIARIO DE 6 Y 43 TODAVÍA DURA LA CONMOCIÓN POR EL INESPERADO ASALTO

Una vez más, la secuencia de la simulación sirvió para concretar un asalto en la Ciudad.

Esta vez, las víctimas fueron seis mujeres, que trabajan en un instituto terciario, que funciona en 6 y 43.

Lo único que cambiaron fueron algunos detalles propios de la circunstancia, pero lo que se repitió fue la mecánica delictiva, que ya parece habitual desde hace años en distintos episodios de este tipo.

A las 10 de la mañana de ayer, un hombre de entre 45 y 50 años “bien vestido” llegó al centro educativo, en donde fue atendido en la recepción.

La actuación del ladrón tuvo matices poco sutiles: entró con un fajo de billetes en la mano, “como para que no hubiera dudas de que estaba a punto de inscribirse”, contó Susana Montero, la gerente del instituto.

Lejos de averiguar para comenzar algún curso de turismo, hotelería o gastronomía, las carreras que se dictan en la entidad, el hombre en realidad “se ganó la confianza de las chicas y vio cómo era el ambiente”, señaló la mujer.

El ladrón salió a la calle y a los pocos segundos volvió a entrar, esta vez, con un arma en la mano. A partir de ese momento, la situación fue de desconcierto y pánico.

AMENAZAS

Entre docentes, autoridades y empleadas, las seis mujeres que presenciaron el ataque quedaron “arrinconadas en un sector de un salón”, mientras el ladrón las mantenía encañonadas.

“Las órdenes que recibíamos eran para que no habláramos ni nos moviéramos. Constantemente nos pedía plata. No se lo veía sacado, pero sí nervioso”, describió Montero.

Durante el robo, que duró aproximadamente cinco minutos, las víctimas fueron llevadas a los empujones de un sector a otro de la entidad.

Inclusive, a la propia gerente le dieron un golpe de puño, que no llegó a provocarle una herida, pero le dejó en claro que el delincuente estaba dispuesto a todo.

El escenario era de gritos y confusión. Dentro del centro educativo, todos se percataron de lo que ocurría, inclusive aquellos quienes trabajaban en un sector alejado a la planta baja.

Algo que según la opinión de varias de las damnificadas alivianó lo ocurrido fue que el asalto sucedió en una época del año en la que no se están dictando clases.

“Si hubieran estado los alumnos, hubiera sido peor”, admitió Susana en diálogo con EL DIA.

Para que la pesadilla terminara, las víctimas le dijeron al ladrón en dónde había dinero.

Después de recibir esas indicaciones, el asaltante se apoderó de una “poca cantidad de efectivo, todo lo que se maneja”, tal como indicaron.

Todo terminó cuando el delincuente salió a la calle y se escapó a paso rápido, aparentemente hacia diagonal 74, por donde finalmente se perdió de vista.

“Tardamos un momento en salir del instituto, porque todavía estábamos asustadas, por eso no alcanzamos a ver si lo acompañaba alguien y en qué se movilizaba”, reconoció Susana.

El episodio es ahora investigado por la Policía, luego de la denuncia que radicaron las damnificadas.

Al momento, para avanzar en este caso sólo se tienen algunas descripciones de la fisonomía del asaltante.

En la mente de las víctimas quedó la imagen del ladrón, al que ellas admiten no poder identificar como alguien que ya hubiera pasado por esa institución, como estudiante o aspirante a alguna de las carreras.