EE UU insiste en que Siria utilizó gas sarín para atacar a opositores

INTEGRANTES DE LA COMUNIDAD SIRIA CANADIENSE PROTESTAN CONTRA UNA EVENTUAL INTERVENCIÓN MILITAR FRENTE A LA EMBAJADA DE EE UU EN OTTAWA

WASHINGTON.- El secretario de Estado de EE UU, John Kerry, anunció ayer que la Casa Blanca tiene pruebas físicas de que el gobierno sirio lanzó un ataque con gas sarín (poderoso agente neurotóxico), lo que elevaría la presión sobre el Congreso estadounidense para aprobar una intervención militar contra Damasco.

Según informó el funcionario ante los medios estadounidenses, el gobierno de Barack Obama cuenta con muestras de pelo y sangre de algunas víctimas que dejó el ataque del pasado 21 de agosto en las afueras de Damasco, en el que, según la oposición siria, murieron cerca de 1.500 civiles. “Estas muestras dieron positivo”, sentenció Kerry en una declaración difundida por la cadena de noticias CNN, entre otros canales de televisión locales.

Según indicó Kerry, las muestras fueron obtenidas por el personal de primeros auxilios en el terreno, en forma independiente de la investigación que realiza la ONU sobre el presunto uso de armas químicas en Siria.

El presidente Obama ya había adelantado el sábado que tenían evidencias del uso de armas químicas por parte del gobierno sirio de Bashar Assad, aunque el New York Times y fuentes diplomáticas extranjeras habían puesto en duda la solidez de estas pruebas. En el mismo discurso del sábado, el mandatario estadounidense había anunciado también que pediría la autorización del Congreso para lanzar un ataque contra Siria.

PEDIDO FORMAL AL CONGRESO

El pedido formal de autorización ingresó ayer al Capitolio y, según confirmaron tanto la cúpula de la Cámara de Senadores, controlada por los demócratas, como la de los Representantes, dominada por los republicanos, recién comenzarán a discutir la autorización el próximo lunes 9. Kerry se mostró optimista ayer y destacó que una intervención militar contra Siria “dará un mensaje importante” a Irán y Corea del Norte, otros dos acérrimos opositores a la política exterior de la Casa Blanca en el mundo, cuestionados por sus programas nucleares.

La bancada republicana está dividida entre los intervencionistas, partidarios de una fuerte implicación estadounidense en el conflicto y los conservadores, reticentes a la intervención, en la que no identifican un interés nacional vital. La Cámara de Representantes es habitualmente hostil al presidente y altamente imprevisible, siendo en el pasado escenario de rebeliones internas en el Partido republicano, por parte de un grupo de legisladores ultraconservadores del Tea Party.

Los demócratas tienen, como se dijo, mayoría en el Senado, pero pocos legisladores oficializaron sus intenciones. En cualquier caso, necesitarán el apoyo de varios republicanos para alcanzar la mayoría de votos requerida (60 en 100).

En este marco, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una organización opositora con sede en Londres, informó que más de 110.000 personas murieron desde que comenzó la rebelión contra Assad en marzo de 2011, que luego derivó en una cruenta guerra civil.