Detienen a un gendarme por sacar el arma y amenazar a una familia

EL FISCAL MARCELO ROMERO INDAGÓ AL GENDARME ACUSADO DEL DELITO DE AMENAZAS, PERO SE NEGÓ A DECLARAR. ANOCHE RECUPERÓ LA LIBERTAD

El jueves a la noche, un vecino de City Bell estaba junto a su hijo y un hermano, disfrutando de un agradable momento en cercanías de la estación de trenes de esa localidad.

Guitarra en mano, a todos se los vio entonando un variado repertorio de canciones, que incluso encontró una aceptable acogida entre las personas que pasaban por el lugar.

Pero muy distinta resultó la situación cuando los que aparecieron en escena fueron dos gendarmes vestidos de civil, que bajaron de un auto.

Según pudo saber este diario de fuentes judiciales, uno de los agentes comenzó a orinar casi encima de esas personas que, pese a su intimidante presencia, no habían dejado de cantar.

Ante esa situación, se produjo un entredicho, que terminó en una verdadera locura.

Voceros del caso explicaron que, producto del cruce de palabras, uno de los efectivos desenfundó su pistola reglamentaria y les apuntó a todos en la cabeza.

El hecho, no sólo provocó una fuerte indignación, sino que además motivo un llamado al 911 para denunciar lo sucedido.

A partir de ese instante, se montó un operativo policial, que concluyó con los dos gendarmes demorados.

LA INVESTIGACION

Una vez que el fiscal Marcelo Romero tomó intervención en el caso, determinó que uno de ellos, el agente Darío Luis Rodríguez, a quien indagó y le otorgó la libertad, sería autor del delito de “amenazas agravadas por el empleo de arma de fuego”, conforme el artículo 149 bis primer párrafo “in fine” del Código Penal.

El funcionario judicial explicó, al describir la materialidad ilícita, que “existen en autos elementos suficientes e indicios vehementes de que el día 19 de septiembre de 2013, en horas de la noche, en la intersección formada por Camino Parque Centenario y 472 de City Bell, una persona de sexo masculino -quien, a la postre resultara ser miembro integrante de Gendarmería Nacional- hizo uso de amenazas, amedrentando a (...), que se encontraba acompañado de su hijo (...) de 15 años y de su hermano (...), empleando para ello el arma de fuego provista por la fuerza”.

Romero expresó que “hace apenas unos diez días, asistimos -azorados, algunos; sorprendidos, otros- al arribo de los numerarios de la Gendarmería Nacional al ámbito territorial de este Departamento Judicial a fin de coadyuvar en la prevención de los delitos”.

“Sentí -esperanzado- que algo podía mejorar en la Provincia en lo que a estas lides se refiere”, agregó.

“Si bien es cierto que una golondrina no hace verano y que un agente no es la fuerza, debo asistir -desagradado- al primer caso, por lo menos denunciado, de semejante accionar en manos de un agente federal”, concluyó.