Inda Andrade de Bernales

Falleció, a los 85 años, Inda Andrade de Bernales, quien fuera una pionera en la Ciudad de los tratamientos estéticos. Reconocida por el entusiasmo con el que adoptó su profesión y por su carácter emprendedor, su desaparición física provocó sentidas muestras de pesar en numerosos círculos platenses.

Inda Elsa Andrade había nacido el 10 de marzo de 1927, en Balcarce, provincia de Buenos Aires, pero desde pequeña se instaló en Ensenada. Su padre, Francisco, había conseguido un puesto en la destilería de YPF y por esa razón toda la familia se radicó en la Región. Creció, además, junto a su madre, María Iglesias; y a su hermano, “Pocho”.

Recibida de maestra ejerció la docencia durante 20 años en escuelas primarias de la ciudad vecina, pero su verdadera pasión era la estética y su mayor deseo el de ayudar a las mujeres a mejorar su aspecto físico. Consiguió, a través de una larga trayectoria y con sumo esfuerzo y dedicación, posicionarse entre las primeras y más prestigiosas especialistas de tratamientos cosméticos de La Plata.

Aunque ya trabajaba en magisterio, desde joven sintió una gran inclinación hacia la cosmetología y la cosmiatría. Fue así que se contactó con profesionales médicos de la capital federal dedicados a la estética y comenzó a formarse. Era muy estudiosa y sentía la necesidad de estar permanentemente actualizada, y antes de montar su primer instituto, en Brandsen, ya había dado muestras de una destacada capacidad.

Para perfeccionarse, posó los ojos en Barcelona, la ciudad de España que desarrolló en las últimas décadas las técnicas más vanguardistas en tratamientos de belleza corporal no invasivos y allí también se capacitó con distinguidos expertos de la materia. Muchos de los viajes que encaró en su vida la llevaron a la urbe catalana.

Abrió, luego de su experiencia en Brandsen, un gabinete en la ciudad de Buenos Aires, donde reunió una numerosa cantidad de clientes. Pero fue en el local platense de la avenida 44 y 16 donde permaneció por alrededor de treinta años y en el que transcurrieron los años más prolíficos de su carrera.

Le interesó divulgar su experiencia y conocimientos y escribió numerosos artículos en diversas publicaciones.

Inda Bernales fue una enamorada de La Plata. En esta ciudad no sólo creció profesionalmente y construyó su familia sino también cosechó un sinfín de amistades.

Tuvo dos hijos de su primer matrimonio, Francisco y Antonio, y luego, fruto de su casamiento con José Bernales, nacieron José y Diego. La agenda cargada de compromisos laborales no le impidió a Inda encargarse de la atención del hogar. Allí, en ese espacio de los suyos, puso todo de sí y se erigió, asimismo, con su infatigable entrega, como un sostén incondicional.

Fue una dichosa abuela que disfrutó de los momentos vividos con sus diez nietos. Tuvo, además, seis bisnietos.