Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar
Información General |CUANDO ELLAS GANAN MÁS

Una realidad cada vez más frecuente con fuerte impacto en la pareja actual

De la mano de un mayor nivel educativo y una mayor inserción laboral, el hecho de que la mujer gane más que el marido ha dejado de ser un ideal para convertirse en una posible causa de separación

5 de Octubre de 2014 | 00:00
EN UNA SOCIEDAD DONDE EL ROL DEL HOMBRE ES EL DE PROVEER Y LOS INGRESOS ECONÓMICOS SON LA EXPRESIÓN DE ESA CAPACIDAD VIRIL, EL HECHO QUE CADA VEZ MÁS MUJERES GANEN MÁS QUE LOS VARONES PARECE TENER UN FUERTE IMPACTO EN LA PAREJA ACTUAL.
EN UNA SOCIEDAD DONDE EL ROL DEL HOMBRE ES EL DE PROVEER Y LOS INGRESOS ECONÓMICOS SON LA EXPRESIÓN DE ESA CAPACIDAD VIRIL, EL HECHO QUE CADA VEZ MÁS MUJERES GANEN MÁS QUE LOS VARONES PARECE TENER UN FUERTE IMPACTO EN LA PAREJA ACTUAL.

Por NICOLAS MALDONADO

Clic para ampliarAunque asegura que ella siempre ganó un poco más que su marido, Victoria -que tiene 37 años y un cargo gerencial en una empresa de telecomunicaciones-, reconoce que su matrimonio estuvo a punto de irse a pique tras su último ascenso laboral, cuando su sueldo pasó a casi triplicar el de él, que trabaja en la Universidad. Consciente de que ese cambio en el equilibro económico de su pareja parecía despertar ciertos recelos, Victoria pensó en limar asperezas con un gesto fuera de lo común: al llegar el cumpleaños de su esposo le regaló una moto muy costosa que él siempre había querido comprarse. “La sorpresa casi termina en divorcio -cuenta ella--: fue la crisis más grande que tuvimos hasta hoy”.

En una sociedad donde se supone que rol del hombre es el de proveer y los ingresos económicos son vistos como la expresión de esa capacidad viril, el hecho de que cada vez más mujeres ganen más que los varones parece tener un fuerte impacto en la pareja actual. Así lo reconocen tanto economistas y psicólogos que han investigado el fenómeno como personas como Victoria que han tenido que lidiar con esta nueva realidad.

“Mientras seguimos identificando el nivel de ingresos con el poder y el poder con la hombría; el hecho de que cada vez más mujeres ganan mejor que sus maridos genera una enorme contradicción”

“Mientras seguimos identificando el nivel de ingresos con el poder y el poder con la hombría; el hecho de que cada vez más mujeres ganan mejor que sus maridos genera una enorme contradicción”, explica Marcela Castro, una terapeuta de pareja que asegura que los desbalances económicos en favor de ellas se han convertido en los últimos años en un tema de consulta habitual.

Y es que “por más liberal que sean los maridos -asegura la terapeuta-, los prejuicios que persisten en el entorno social hacen que tarde temprano ganar menos que sus mujeres les genere incomodidad”. “Tanto es así que algunas parejas llegan a una suerte de pacto tácito para disimular esa realidad ante los demás”.

Si bien el marido de Victoria terminó por aceptar su costoso regalo de cumpleaños, aquel episodio -cuenta ella- marcó un antes y un después en su relación: “Me di cuenta de lo importante que era el tema de los ingresos para él y nunca volví a hacer algo así. Hay cosas que no pueden cambiarse de un día para otro -dice--: yo aporto más para las vacaciones pero siempre que salimos a cenar la cuenta la paga él”.

UN NUEVO MAPA DE INGRESOS

De la mano de un mayor nivel educativo y una mayor inserción laboral de la mujer, la idea del matrimonio moderno, en el que maridos y mujeres son pares en todo sentido, pasó de ser un ideal de los sesenta a una realidad cada vez más frecuente en nuestro país. Así lo confirma entre otros el economista Martín Tetaz, quien se ha ocupado de analizar el impacto que tiene la evolución de los ingresos de la mujer.

“En 1974, cuando el INDEC hizo por primera vez la Encuesta Permanente de Hogares, el 7,3% de los hombres en el Gran Buenos Aires tenía estudios superiores, mientras que apenas 4,9% de las mujeres alcanzaba ese nivel de educación. A lo largo de las últimas décadas, la cifra de hombres con educación terciaria o universitaria ascendió a 17,4%, pero el porcentaje de mujeres en la misma condición se elevó hasta el 22,7% en el país”, describe Tetaz.

Y “si bien es cierto que en materia de ingresos, las mujeres todavía ganan un 38% menos que los hombres, cuando se realiza la comparación dentro del nivel mismo educativo y cantidad de horas trabajadas, la brecha se reduce al 11%”, señala el economista al mencionar que quizás el dato más relevante no sea ése sino el hecho de que “las mujeres con nivel universitario completo ganan hoy un 74% más que los hombres que no han pisado nunca una facultad”.

Para Tetaz, quien además de ser docente e investigador de la UNLP se ha especializado en Economía del Comportamiento -una rama que analiza la conducta económica de los individuos con herramientas de la psicología cognitiva-, el nuevo mapa de ingresos por género explica la queja más recurrente de las mujeres solteras en la actualidad”.

“¡NO HAY HOMBRES!”

Como muchas treinteañeras sin pareja, Carolina Taborda se queja de la escasez de hombres diciendo que “el mercado está cada vez peor”. Sin embargo nadie que se la cruce en una de sus salidas nocturnas con amigas diría que le faltan candidatos. Y es que de lo que se queja esta morocha con un máster en ingeniería industrial no es tanto de un problema de cantidad como de calidad. En otras palabras, lo que faltan para ella no son hombres sino candidatos con un nivel sociocultural similar o mayor.

Si es cierto que hombres y mujeres, al igual que otros animales, tendemos a formar parejas para asegurar descendencia con individuos que percibimos como pares, el hecho de que haya proporcionalmente menos hombres con alto nivel educativo -sostienen algunos investigadores- ha llevado a que a las mujeres que lo tienen les resulte cada vez más complejo encontrar un par.

Por otra parte, hay quienes sostienen –como el psicólogo evolucionista Geoffrey Miller, autor de “The Mating Mind”- que la sociedad moderna- con una mayor movilidad geográfica, ambientes laborales especializados y citas por internet- ha aumentado mucho la eficiencia de este proceso de selección. “La elección de pareja está impulsado por nuestras preferencias personales, pero también por las personas que conocemos y hoy en día tenemos muchas más oportunidades de conocer gente como nosotros”, sostiene.

Lo cierto es que si bien nadie se casa con otra persona sólo por su nivel educativo o su clase social, algunos estudios -como el publicado por los sociólogos norteamericanos Christine Schwartz y Robert Mare en la revista Demography- revelan que la probabilidad de que alguien con estudios universitarios contraiga matrimonio con una persona con estudios secundarios cayó un 43% en las últimas décadas en su país.

“Se ha comprobado que si bien las mujeres actúan como hombres, priorizando lo estético, cuando quieren tener un affaire, sistemáticamente buscan indicadores de capacidad proveedora en el hombre cuando piensan en una relación duradera”, señala por su parte Martín Tetaz al explicar por qué, en el actual mapa de ingresos, a chicas como Carolina les resulta tan complicado encontrar a su príncipe azul.

¿EL OCASO DEL MACHO PROVEEDOR?

Dado que cada hombre puede embarazar potencialmente cientos de mujeres por año, pero que cada mujer sólo puede quedar embarazada en ese plazo una única vez, ellas tendrían una mayor predisposición genética que nosotros a ser muy selectivas en la elección de pareja (buscando machos proveedores) para poder asegurar su descendencia, sostiene una teoría evolucionista.

Pero no todos piensan igual. Algunos antropólogos aseguran que no existe tal predisposición genética de las mujeres para priorizar la solvencia económica de su pareja por encima de todo, sino que se trata de una pauta social de comportamiento que nació con la revolución de la agricultura, hace unos diez mil años, y ha sido transmitida culturalmente desde entonces hasta hoy.

Esta segunda teoría sostiene que “al requerir el trabajo de la tierra fuerzas y capacidades para las que los hombres se hallaban mejor dotados que las mujeres, se inició un proceso de división social del trabajo, que además generó los primeros patrones históricos de desigualdad distributiva, puesto que hasta ese entonces el ser humano no tenía prácticamente capacidad de generación de excedentes y de acumulación de recursos”, explica Tetaz.

“Si esta teoría es cierta, la nueva realidad de distribución de ingresos llevará a que, tarde o temprano, las mujeres comiencen a priorizar los atributos físicos del hombre, y no su capacidad de proveer, al momento de elegir una pareja estable. Pero si, en cambio, son los evolucionistas los que tienen razón -especula Tetaz- habrá que acostumbrarse cada vez más a las mujeres exitosas que se quejan, ya no de ganar menos, sino de que no hay hombre que satisfagas sus expectativas... y no precisamente de tipo sexual”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla