Deliberan los obispos sobre la pobreza y el narcotráfico

EL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, JOSÉ MARÍA ARANCEDO

La problemática del narcotráfico y la violencia y el crecimiento de pobreza en el país según estadísticas de la Universidad Católica Argentina (UCA) serán motivo de análisis durante la 107ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina.

La reunión en la casa de ejercicios espirituales El Cenáculo-La Montonera, de Pilar, será presidida desde hoy y hasta el sábado por monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe, y participarán también un centenar de obispos de todo el país.

Las sesiones comenzarán a las 19:30 con un misa presidida por el prelado santafesino y un “intercambio de ideas, inquietudes e iniciativas” sobre la actualidad religiosa y social de la Argentina, que puede derivar en la redacción de un documento o declaración sobre temas de coyuntura.

NARCOTRAFICO

Fuentes eclesiásticas dijeron que los obispos “no evitarán” en ese contexto compartir opiniones sobre el avance “sin control” del narcotráfico y las drogas, tema de preocupación permanente en la Iglesia.

Precisamente ayer, Arancedo, advirtió que “no podemos acostumbrarnos a convivir con el delito de la droga y la violencia, y menos ser indiferentes”.

“Traemos este drama a Guadalupe y lo hacemos una oración confiada a los pies de nuestra Madre, para que nos acompañe y nos ayude a crear las condiciones de una vida más digna en la sociedad”, puntualizó el prelado en su tradicional mensaje dominical.

Ayer, decenas de miles de santafesinos y de otras provincias, peregrinaron hacia la histórica basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en el barrio del mismo nombre de la provincia de Santa Fe.

DATOS POLEMICOS

Además, evaluarán las recientes estadísticas de la Universidad Católica Argentina sobre pobreza, que ubicó en el 27,5 por ciento y tanto irritaron al Gobierno tras no informar el Indec estos datos oficialmente. Los obispos también dedicarán buena parte de las deliberaciones a trabajar sobre la base del discurso que el Papa pronunció en su visita a Río a los miembros del Consejo Episcopal para América Latina y el Caribe (Celam).