Reconsideró la propuesta a tiempo y armó un gran show

APLAUSOS DE LOS JUGADORES DE LA SELECCIÓN LUEGO DEL TRIUNFO LOGRADO ANTE BOSNIA EN EL DEBUT EN LA COPA DEL MUNDO. AHORA SE VIENE IRÁN

Por NicolAs Nardini ENVIADO ESPECIAL

Si se empieza el análisis desde el final para luego llegar al principio, en una crónica piramidal invertida, quedará expuesto en primer lugar el gran segundo tiempo que hizo la Argentina. Porque se paró con el esquema que le permitió desarrollar su mejor fútbol a lo largo del ciclo Sabella y el equipo creció en volumen de juego, así como en calidad en la tenencia de la pelota.

En el capítulo final se vio a la escuadra albiceleste que todos esperaban. Argentina dio un paso al frente, le copó la parada a Bosnia en la mitad de la cancha y aparecieron los circuitos de juego entre los que más saben. El mejor del mundo encontró más (y más cerca) interlocutores para compartir la creación ofensiva y el equipo, en la primera media hora de la complementaria, demostró porqué el mundo del fútbol le otorgó credenciales de candidato.

El dibujo tuvo mucho que ver. Y no por una cuestión caprichosa, simplemente porque a más hombres de buen pie, más posibilidades de generar acciones en función de ataque. El equipo fue más profundo.

El 4--3-3, ese mismo módulo táctico que le permitió, en Eliminatorias y amistosos, mostrar un fútbol de alto vuelo, también abrió el camino del juego convincente e ilusionante en la Copa del Mundo que comenzó con el pie derecho para el representativo nacional anoche en esta ciudad.

CAMBIO SIN TITUBEOS

El primer tiempo argentino no había sido bueno. La linea de cinco defensores, así como en muchos partidos le dio buenos dividendos a Sabella, anoche no funcionó. Concretamente, no fueron errores puntuales de sus intérpretes, en realidad lo que pasó es que por poblar el sector de atrás perdió la batalla de la zona media y allí Messi lució inconexo, mientras que el Kun directamente quedó aislado del circuito de juego.

El volantazo a tiempo del DT, que sin dejar espacio para la duda metió dos variantes en el entretiempo, fue toda una señal. En primer lugar, de que no lo había convencido para nada lo producido por los suyos en la primera etapa y, en segundo término, de que se verá un Sabella al que no le temblará el pulso para modificar cuestiones sobre la marcha, porque los cambios de nombres vinieron acompañados de modificaciones tácticas. El equipo se paró 20 metros más adelante y los bosnios, allí si, vieron como se les venía el temporal producto de las triangulaciones entre Di María, Messi e Higuaín.

EL SINTOMA MESSI

En más de una ocasión, Diego Maradona dijo que en Sudáfrica 2010 a Messi le había faltado la suerte que él tuvo en México en 1986. En el Mundial jugado en tierra africana Leo no tuvo la porción necesaria de buena fortuna que todo crack debe poseer para erigirse como figura de una copa.

Lo que pasó anoche en el minuto 19 del segundo tiempo fue un síntoma de que quizás, esta vez, la historia está más derecha para el mejor del mundo. Apenas segundos después de que los brasileños, que apoyaron con fervor a Bosnia como si de Flamengo o Corihtians se tratara, comenzaran a corear el nombre de Neymar para rivalizar con el crack del Barcelona, el 10 arrancó como una flecha en la mitad de la cancha, combinó con Higuaín y definió parecido al segundo gol de Diego a Bélgica en las semifinales del mundial de 1986.

La pelota pegó en el palo y entró. Y no es un dato menor. En Sudáfrica muchas acciones como esa acabaron en palo y afuera. Anoche, al menos en el primer paso, Messi se sacó una gran mochila de encima y todo el país se ilusiona con que sea su gran Mundial.