Otros análisis del fin de semana

LA PRESIDENTA EN CADENA TRAS FALLO DE LA CORTE DE EE UU

La situación política y económica tras la decisión judicial en EE UU sobre la deuda con los fondos buitre fue el tema principal en los comentarios políticos. El resumen

Fernando Laborda - LA NACION

A último momento la Presidenta desactivó su propia bomba, pareció reconocer “que las consecuencias de un default serían mucho más delicadas que el incumplimiento de cualquier fallo”, dice Laborda. “Si bien siempre los funcionarios entendieron que había que negociar, el problema sigue siendo lo que los kirchneristas entienden por negociación”, agrega. “El Gobierno pretendió negociar a los gritos y a través de la cadena nacional, generando una situación de máxima tensión”. La amenaza de Kicilloff de cambiar la jurisdicción de pago fue parte de esa estrategia discursiva. Ahora “cualquier solución será costosa y pondrá en evidencia que el canje de deuda no ha sido tan exitoso como se lo presentó y que ha tenido vicios visibles, como la ley cerrojo, que justificó las acciones judiciales de quienes no ingresaron al canje”.

Mario Wainfeld - PAGINA 12

Para la Presidenta está claro que se debe cumplir con la sentencia del juez Griesa, señala Wainfeld. “La continuidad del Estado existe, por eso no se puede desacatar una sentencia inicua. Pero en función de esa continuidad es prioritario sostener la dinámica de pagos de los dos canjes soberanos. En este punto coinciden el oficialismo y la enorme mayoría de las fuerzas con representación parlamentaria, en especial aquellas que aspiran con factibilidad a llegar a la Casa Rosada el año que viene”. Destaca luego que la Corte de Estados Unidos “ no se avocó a tratar el juicio de los fondos buitre (lo que era cantado) pero tampoco le concedió tiempo de descuento a la Argentina merced a una consulta al Departamento del Tesoro o a un rizo procesal, un repertorio que estaba a su alcance”. Luego destaca: “La oposición trata de sacar su ventaja, pero también debería contribuir a la gobernabilidad. Y los funcionarios deben coordinar templanza y destreza, para recorrer un desfiladero muy estrecho”.

Eduardo Van der Kooy - CLARIN

“Cinco días. Ese fue el tiempo que le insumió a Cristina Fernández admitir una de las dos derrotas políticas no electorales más severas que sufrió en sus siete años de poder” opina el columnista sobre la decisión de la Corte de EE UU de no querer lidiar con un litigio por la deuda externa argentina. “Kicillof volvió a salir fortalecido en el interior del Gobierno. Tiene ahora peso político porque conduce la economía, aunque a esa economía no le vaya nada bien”, añade. Finalmente estima que Obama logró que la Procuración de su país enviara dos notas a la Corte, solidarias con la postura argentina. ”Pero, aún sin caer en candideces extremas, los poderes institucionales en EE.UU. se suelen manejar con razonable autonomía. Algo que el kirchnerismo jamás sería capaz de comprender”, sentencia.

Jorge Fernández Díaz - LA NACION

“Las aves carroñeras se sirvieron históricamente del plato de la deuda externa que los argentinos ofrecimos con penosa generosidad. El poder tiene muchos padres, pero la deuda siempre parece huérfana. Toda la dirigencia militar y democrática sin distinción de banderías está involucrada en tamaña desgracia, que obedece siempre a esta tendencia de nacional de vivir siempre por encima de nuestras posibilidades”, cree Fernández Díaz. Alude luego a la “insólita reacción” del kirchnerismo frente a la evidencia de que su comandante cometió un fatal error de cálculo, al regalarles “un apetitoso banquete a las pirañas del mercado”. Agrega que “queda para la historia de las paradojas y tal vez para los estudios de los grandes fallidos psicológicos el hecho de que el kirchnerismo haya tropezado justamente en su terreno retórico: la defensa del interés nacional. Sólo resta ver ahora, con aliento contenido, cómo el capitán repara el casco, desarma la bomba y nos saca de este mar embravecido”.

Sergio Crivelli - LA PRENSA

“Por impericia política, el país anduvo bordeando el default”, titula su columna Crivelli y dice: “El fallo del juez Griesa desconcertó a la Presidenta. Primero amagó con no acatarlo, después caminó en zigzag y finalmente se rindió ante la realidad: pagará a los denostados buitres”. Y explica: “Lo que es un hecho indiscutible en el primero, segundo, tercer y hasta cuarto mundo -respetar los pronunciamientos de la Justicia a la que las partes se someten voluntariamente- en la Argentina es todavía materia de discusión. Si al Gobierno no le gusta algún fallo de la Corte Suprema, directamente lo incumple y no pasa absolutamente nada. Pero con la Justicia norteamericana no puede hacer lo mismo sin recibir un castigo ejemplar”. Y añade que “por eso la Presidenta aceptó pagar una deuda que había repudiado”. La sentencia de Griesa significa “un revés económico no por el monto, sino porque abre las puertas a nuevas demandas” de “holdouts” que están en las mismas condiciones.