Un país alegre y lleno de ilusión

Se vio el miércoles pasado que había en el país un enorme deseo de salir a festejar. El triunfo de Argentina frente a Holanda desató una algarabía que contagió a todos, de punta a punta del país. Hacía muchos años que no se producía un festejo deportivo de esa envergadura y anticipa para hoy, si Argentina gana la Copa, una fiesta interminable y multitudinaria.

La euforia mundialista domina el clima en el país. Así tituló EL DIA su edición de ayer, reflejando una atmósfera singular que se percibe en todos los ámbitos.

La final de esta tarde ha desatado un fenómeno único: unos cien mil argentinos estarán en Brasil para alentar de cerca; la rutina familiar de los domingos girará exclusivamente en torno del partido; se han suspendido funciones de espectáculos; compromisos laborales y sociales; todo quedó en suspenso desde que Argentina se ganó un lugar en la final del Mundial. Entre los que fueron hay historias asombrosas: desde algunos que pagaron cifras exorbitantes por un pasaje de avión y una entrada al Maracaná, hasta otros que pasaron más de cuarenta horas en la ruta para llegar a Río con la idea de dormir en la playa y ver el partido “donde sea”.

Esta semana, el Mundial provocó -finalmente- lo que muchos anticipaban: desplazó todos los temas a un segundo plano. Boudou, los fondos buitre, la salud de la Presidenta -que otra vez tuvo que hacer varios días de reposo- y hasta los aumentos del supermercado, que en algunos “precios cuidados” fueron mayores a los autorizados, todo quedó transitoriamente “tapado” por la admiración que despierta Mascherano; la esperanza de que Messi muestra su mejor faceta frente a Alemania y las especulaciones sobre la continuidad o la finalización del ciclo de Sabella después de Brasil.

Por supuesto, la realidad siguió su curso. Y hubo, en el balance de la semana, algo más que la alegría por esta Selección que fue de menor a mayor y que ya ha conquistado su lugar en la Historia.

El lunes, la Ciudad se quedó sin agua. Parece insólito pero así fue. Una fuerte bajante del Río de La Plata bloqueó la provisión de agua en una amplia región que incluyó a La Plata. ¿Estamos a merced del viento? Parece que sí. Lo cierto es que ese día no hubo clases y en una inmensa cantidad de hogares se pasaron verdaderas penurias.

Hasta ahora los platenses estaban resignados a tener problemas de luz y agua en el verano y baja presión de gas en el invierno. Ahora, cualquier cosa pasa en cualquier época. Esta semana siguieron los apagones. Y los problemas con el agua fueron más allá de ese lunes en el que el Río se tomó vacaciones.

Todo lo que aquí pueda escribirse quedará viejo hoy a la tarde. La definición del Mundial marcará un hito en el humor social y en la agenda pública de la Argentina. Pero algo está asegurado: el país puede estar orgulloso de una Selección que lo ha representado bien, que ha devuelto al fútbol nacional al nivel más alto en más de dos décadas y ha despertado una alegría que hacía mucho tiempo no copaba las calles del país.

Con Sabella, con Messi, con Mascherano, con Higuaín, con “chiquito” Romero, esta Selección ya hizo Historia. Y para eso no habrá que esperar el resultado de hoy.