Asalto y tiroteo en pleno día

EL FIAT UNO BLANCO ESTABA ESTACIONADO, SIN OCUPANTES, ENFRENTE DE LA ESQUINA DONDE SE PRODUJO EL CRUCE DE DISPAROS. RECIBIÓ VARIOS IMPACTOS EN LA CARROCERÍA, IGUAL QUE LA PERSIANA DE UN LOCAL

“Escuchamos unas explosiones en la esquina. Yo me acerqué a ver qué pasaba y había un hombre agachado, disparando”. Así fue como vivió la empleada de una óptica de 8 entre 34 y 35 el furioso tiroteo que protagonizaron -a metros suyo- el ladrón que acababa de asaltar una aseguradora y el policía de civil que intentó detenerlo. Esto no fue posible pero el dato positivo es que todo terminó sin heridos, según fuentes oficiales.

Todo empezó a eso de las 3 de la tarde, cuando un delincuente armado ingresó al local de “La Nueva Seguros”, en la esquina de 7 y 34. Aunque no trascendieron demasiados detalles de lo que pasó entonces, se supo que en las oficinas había unos cinco clientes a los que el sujeto redujo con una pistola, igual que a los empleados. Nadie se resistió. Y segundos después el ladrón volvía a la calle con una suma en efectivo que los voceros no informaron. En el apuro se le habría pasado por alto guardar el arma, que fue justo lo que vio un policía de civil que se acercaba a la aseguradora por un trámite personal.

Cuentan los voceros que gritó la voz de “alto policía”, que el ladrón contraatacó con una ráfaga de disparos antes de encarar a la carrera en dirección a 8, por la calle 34. El efectivo -que pertenece al área de Científica pero está asignado a tareas de caminante en Gonnet- respondió con su pistola reglamentaria.

MARCAS DE LA BALACERA

Mientras los tiros iban y venían, el delincuente alcanzó a refugiarse en la esquina de 8. Allí esperó, pegado a la persiana metálica de una carnicería, disparando -al menos-otros siete disparos. En la esquina quedaron las marcas mudas de la balacera: perforaciones en la persiana metálica del negocio y en la vereda, junto a unas pequeñas manchas de sangre, siete casquillos.

Un Fiat Uno que estaba estacionado sin ocupantes también recibió varios impactos en su carrocería.

Por fin, los estampidos de los tiros cesaron. Fue en el momento en que el delincuente escapó por 8, en dirección a 33. Allí, según fue informado por la policía, se subió a un auto rojo en el que lo habría estado esperando un compinche. Y desapareció.

En segundos, el lugar se llenó de patrulleros que se abocaron a la tarea de peinar las inmediaciones en busca del asaltante y cerrar la escena en la que se desarrolló el cruce de disparos.

No está claro si el delincuente resultó ileso, pero si sufrió alguna herida “fue leve” especuló una fuente del caso, en base a los rastros hallados en la calle.

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