Cada vez más chicos se ponen en riesgo en las redes sociales

No hace mucho, el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, llegó a decir que la privacidad tal como la conocíamos había dejado de existir. Ya sea por ignorancia, por falta de interés o porque directamente no la consideraban importante, los jóvenes la habían enterrado para siempre en las redes sociales. Aunque sin ese dramatismo y con un diagnóstico acaso menos lapidario, los datos de un trabajo reciente presentado por Microsoft parecería darle algo de razón al creador del imperio Facebook: en nuestro país, poco más del 40% de los adolescentes comparte datos con desconocidos a través de las redes sociales.

“Por nuestra propia experiencia, me animo a decir que quienes intercambian datos con personas que no conocen a través de internet llegan a más del 70% de los casos”

En días donde la seguridad de los chicos en internet vuelve a estar en el candelero a raíz de los últimos episodios de dominio público, el informe de Microsoft -en rigor la encuesta de Seguridad y Privacidad 2014, realizada entre 1400 adolescentes y 200 colegios- tal vez sirva para entender la magnitud de un problema al que no muchos adultos parecerían prestarle demasiada atención. Es más: no son pocos los expertos que aseguran que las cifras relevadas por Microsoft hace apenas unos meses aún no alcanzan para dimensionar el verdadero alcance del problema.

“En algún punto es algo inocente”, opina Raquel Holway, titular de Alerta Vida, una ONG encargada de supervisar la seguridad de los chicos en internet y alertar sobre posibles redes de pedófilos. Según la especialista, cuando se entra en contacto profundo con los chicos de las escuelas “se percibe que los riesgos a los que están expuestos los menores en la web son aún mucho mayores”.

Para Holway, “en nuestro país los chicos abren perfiles públicos todo el tiempo y comparten todo con todo el mundo. Por nuestra propia experiencia, me animo a decir que quienes intercambian datos con personas que no conocen a través de internet llegan a más del 70 por ciento de los casos. Si a eso le sumamos la conducta de muchas nenas que ya a los diez años se están sacando fotos provocativas para subirlas a la red, vamos a entender que el problema es todavía mucho más grave de lo que pensamos”.

De ese casi 40% de chicos que comparte datos con desconocidos, según el trabajo de Microsoft, cerca del 30% comparte directamente información personal (edad, colegio, mail, teléfono, dirección y nombres de familiares) con gente que no conoce en la vida real. Además, un 39% sube fotos personales y cuatro de cada 10 llegan a conocer personalmente a un contacto que era sólo virtual.

El relevamiento de Microsoft, realizado entre chicos de 13 a 17 años, también señaló que aún en tres de cada 10 hogares no hay pautas claras sobre el uso de Internet y qué tipo de información publicar (32%). Además, sólo uno de cada 10 chicos lee las políticas de seguridad y sólo 7% revisa las políticas de páginas a las que entrega sus datos personales.

“El peligro al que están expuestos los chicos se puede comprobar con sólo abrir un perfil de cualquier escuela pública y agregar ‘amigos’ -dice Holway-. Basta con poner que se tiene en común el barrio o el club de fútbol y agregan a cualquiera. A veces hasta se agregan todos los fans de Justin Bieber o Selena Gómez. Ante tantos supuestos ‘amigos’ y la necesidad de muchos chicos de compartir todo a través de las redes, el control se torna complejo. Pero se agrava cuando las autoridades que deberían ejercer ese control no están capacitadas”.

Desde Ciudadanía de Microsoft para la Argentina y Uruguay, responsable del trabajo, se apunta que las precauciones no deben estar tan centradas en la herramienta tecnológica sino en cuestiones fundamentales que, pese a la era digital, no deberían modificarse. “El mensaje que deben dar los padres sigue siendo el mismo y no cambió -apuntan-. El consejo debe ser no hablar con extraños, lo mismo que en la calle. La idea siempre es prevenir, porque en el fondo el problema no es tecnológico y, por lo tanto, la solución no debe ser tecnológica”.

La compañía elaboró una serie de consejos básicos para los adolescentes entre los que se destaca, por ejemplo, no compartir las contraseñas con amigos -algo habitual entre los compañeros de clase-. A los padres, en tanto, le recomiendan charlar con sus hijos sobre los distintos niveles de privacidad en las redes sociales y sobre el ciberacoso.

El problema, según Roxana Morduchowicz, especialista en cultura juvenil y autora del libro “Los chicos y las pantallas”, es que los jóvenes “no miden el alcance de Internet y se aferran a la creencia de que a un desconocido no le tiene por qué interesar lo que ellos escriben. En su visión de las cosas, sólo quienes los conocen se interesarán por leer lo que escriben en su perfil”. “Una de las principales formas para prevenir cualquier situación de riesgo sigue siendo mantener un buen diálogo entre padres e hijos basado en la confianza mutua”

Esta situación se torna aún más compleja cuando se advierte que, a pesar de la exposición, apenas uno de cada diez usuarios lee las políticas de seguridad como principal cuidado a tomar y sólo un 7% revisa las políticas de páginas a las que entrega sus datos personales, cifras que despertaron la preocupación de los autores de la encuesta.

Claro que Microsoft no es el único que indaga sobre el tema ni tampoco los chicos los únicos que están expuestos a los riesgos. Según la consultora internacional EMC, de hecho, los usuarios de Internet utilizan continuamente tecnologías que revelan sus datos personales, pero toman pocas medidas para proteger su privacidad.

Ese trabajo reveló que si bien al 84% de los encuestados “no les gusta que nadie sepa nada sobre ellos o sus hábitos, a menos que decidan compartir la información”, el 33% declara que no configura la privacidad en su perfil en redes sociales.

En ese sentido, el 62% de los consultados no cambia regularmente las contraseñas en sus cuentas de servicios web, en tanto que el 39% no protege con clave su teléfono móvil.

Para la realización del informe se entrevistó a 15 mil personas en 15 países, con el foco puesto en “las percepciones y opiniones de los consumidores en relación con la privacidad de datos”, según la consulta EMC.

El informe destaca además que “aunque los riesgos de la privacidad impactan directamente en muchos de los consumidores, la mayoría no toman prácticamente ninguna medida para proteger su intimidad y en su lugar colocan la responsabilidad en gobiernos y las empresas”.

En esa línea, el 87% de los consultados dijo que deberían existir leyes que prohiban a las compañías comprar y vender datos sin el consentimiento de los usuarios. Asimismo, el estudio sostiene que los usuarios “quieren todas las comodidades y los beneficios de la tecnología digital y no están dispuestos a sacrificar ninguno de sus datos personales para conseguirlos”.

Para Morduchowicz, en tanto, una de las principales formas para que los chicos puedan prevenir cualquier situación de riesgo en las redes sociales “sigue siendo mantener un buen diálogo entre padres e hijos basado en la confianza mutua”. En eso coincide la mayoría de quienes abordan la temática, y los distintos especialistas lo fundamentan a través de un dato sencillo y contundente: la mayoría de los chicos está solo cuando navega con su celular o computadora. Son ellos. Solos y en contacto con cientos de personas al mismo tiempo.

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