Walter, de la peor decisión a la Universidad

WALTER MARCELO GOSPARINI

“Dejar el colegio fue una de las peores decisiones que tomé”. A los 38 años, y a un semestre de terminar la secundaria en el Bachillerato de Adultos de la Escuela Media N° 20, Walter Marcelo Gosparini define de ese modo la apuesta que hizo de adolescente por el fútbol, lo que lo llevó a abandonar “el industrial de Villa Elvira (Técnica 5) cuando ya tenía aprobado hasta cuarto año”, recuerda.

“Pero nunca es tarde”, dice ahora, a un paso de egresar de la Media 20 como abanderado, merced a un promedio general de 9,75, y con la mira puesta en la Universidad Católica, donde el año entrante comenzará a estudiar Licenciatura en Nutrición.

Al recordar aquella decisión “muy mala”, cuenta que “jugaba en las inferiores de Estudiantes, y ya lo hacía en una categoría que me exigía entrenar todos los días, jugar cada fin de semana, viajar. Y como en el industrial cursás mañana y tarde, tuve que elegir, y me equivoqué”, reitera quien hoy es el mejor alumno de la escuela de 71 y 115.

“Problemas familiares” hicieron que, tras dejar el fútbol, no retomara enseguida los estudios. Pero en su trabajo encontró la motivación para volver a las aulas.

“Empecé como camarero del Hospital San Martín, y luego fui ascendiendo hasta llegar a encargado de cocina. Ahora sigo en la misma empresa, pero como supervisor (de cocinas de hospitales) de la zona sur de la Provincia”, detalla Walter, y destaca que “al estar en contacto con nutricionistas, conocí de cerca esa profesión y me interesó. Además, mis propios compañeros y mi hermana -con quien vive- comenzaron a alentarme para que termine el colegio y siga la facultad”, dice.

Y así fue. Pero el camino, sobre todo al comienzo, no fue sencillo. “Retomar es duro. Volver a leer, a escribir, a preparar trabajos y exámenes, se hace cuesta arriba cuando uno deja tanto tiempo. Hasta pensé en abandonar, porque me levanto a las 6 de la mañana para ir a trabajar, tengo que hacer muchos viajes, y luego ir a clases y robarle horas al sueño para llevar la escuela al día”, comenta Walter, aunque afirma que “valió la pena”.

“La Media 20 es una escuela excelente, te contiene, te incentiva, y ahora, casi sin darme cuenta, estoy por terminar”, remata. Lo espera la facultad, mientras sigue portando la bandera argentina.