Volvieron las quejas por la zona roja

Foto: Gonzalo Mainoldi

Vecinos de 5 y 66 volvieron a quejarse por la presencia de personas que se prostituyen en la vía pública, y denunciaron además la venta de droga. “Antes a las 7 de la tarde ya se los podía ver, ahora aparecen más tarde y lo que se ve es un desfile constante de autos de alta gama a los que muchos de ellos se acercan, luego de unos segundos, los automovilistas se van; a las claras vienen más por droga que por sexo”, cuenta un vecino que como el resto prefiere no revelar su identidad.

Para la gente del barrio, en donde en diferentes paredes se leen los grafitis “zona travesti”, “zona trava” y “zona trans”, los momentos más complicados son los fines de semana cuando a la madrugada un gran número de trabajadoras sexuales ya se observan sin ropa y con signos de estar borrachas o drogadas.

“El último fin de semana regresábamos con mi familia de una fiesta y con mi esposa vimos a un hombre completamente desnudo tomado del semáforo dando vueltas como una calesita o como si estuviera haciendo el baile del caño; una imagen patética, por suerte los chicos venían dormidos”, apunta el vecino que vive en el corazón de la zona roja.

También se escucha en esas calles que no hay controles estrictos vinculados a la venta de alcohol; incluso se habla de pequeños kioscos que lo comercializan hasta las 7 de la mañana.

El pedido generalizado tanto de los vecinos como de los comerciantes es que se intensifique la presencia policial, “con efectivos caminando por la diagonal 73 no se animarían a abrir y cerrar las cabinas de gas para ocultar la droga o enfrentarse a piñas entre ellos porque acá hay dos grupos bien marcados”, afirma un comerciante.

Sin embargo, el panorama es diferente a pocas cuadras de ahí, en avenida 66 desde la Plaza España hasta 7. “Por suerte acá no sufrimos lo que padecíamos antes, desde que la Municipalidad colocó las luces blancas y podó los árboles, se fueron todos los que ofrecían sexo en esta zona”, dice una mujer que vive en 66 entre 3 y 4.

La Comuna intentó en varias oportunidades definir una nueva zona roja, pero hasta el momento fue una empresa sin suerte. Entre las alternativas, se analizó mover el área desde la diagonal 73 a 115 entre 54 y 60, donde incluso habían comenzado los trabajos para ubicarla, pero nuevamente hubo voces de rechazo a ese proyecto y se mencionó como nuevo destino a la avenida 52 entre 115 y 121.

Esta zona fue aceptada por los vecinos de distintos barrios, colegios y asociaciones trans, entonces fue elevada al secretario de Control Urbano, Gustavo Luzardo, quien se comprometió a estudiarla y a brindar una respuesta, pero se informó que el Municipio quería analizar a fondo la factibilidad de emplazar la zona roja en 52.

Como se recordará, luego de la movida que encabezaron las comunidades educativas de los colegios Albert Thomas y Nuestra Señora del Valle (57 entre 1 y 2), vecinos del barrio que se extiende en las adyacencias de ambos establecimientos educativos y entidades intermedias, Control Urbano decidió suspender la instalación de una zona “regulada y monitoreada” para que se desenvuelvan las trabajadoras sexuales.

Cuando se logró firmar un convenio con el Municipio para ubicar la zona roja detrás del industrial de 1 y 58; entre todos se decidió que el sitio podía relocalizarse en 52, desde 115 hasta 121. Pero dirigentes y socios del Club Hípico La Plata alzaron su voz contra ese proyecto y fundamentaron la postura en que “el club quedaría en el medio de la misma de la zona roja y se realzó que al predio “concurren habitualmente más de 300 socios y practican deportes ecuestres niños y niñas de 5 años de edad en adelante”.

Al respecto desde la Municipalidad se informó que continúa el proceso de diálogo con distintos nucleamientos de trabajadoras sexuales para relocalizarlas y que la actividad no genere molestias a los vecinos.

Además se analizan operativos con la Policía para que esa fuerza avance en situaciones que exceden el ámbito comunal y en las que el Municipio no puede intervenir