Crece la tensión en Abasto ante el inminente desalojo de tierras

Cada vez más pobladas por familias que tomaron decenas de hectáreas en Abasto, la tensión crece en el barrio de 520 y 214. Mientras los vecinos de la zona esperan que se concrete el desalojo mañana, los usurpadores realizaron asambleas y gestiones para evitar que se concrete la medida judicial.

La decimoséptima jornada desde que se inició la toma mostró a los usurpadores reclamando que se desactive el operativo de expulsión previsto para mañana, recibiendo llamados y visitas informales de funcionarios, El enorme campo de más de cerca de 50 hectáreas comprendidas -a grandes rasgos- entre 520, 530, 213 y 216 que se reparten entre invernáculos y sectores dedicados a la producción hortícola es motivo de tensión en Abasto y hay numerosos vecinos y quinteros que piden el desalojo en forma urgente.

Según quienes se comunicaron con este diario, “esta toma le cambió el clima a los vecinos y queremos que se adopte una medida urgente para que pueda ser recuperado en el corto plazo”.

Reunidos en asamblea, quienes tomaron la tierra realizaron una suerte de censo interno que habría dado como resultado la presencia en el lugar de unas 1.300 personas, entre ellas casi 500 niños y adolescentes.

ORDEN DE DESALOJO

El miércoles pasado, la sala IV de la Cámara Penal platense, integrada por los magistrados Carlos Argüero, María Elia Riusech y Raúl Dalto, confirmó la orden de desalojo que había ordenado un juez de primera instancia, a pedido de la fiscalía que interviene en la causa.

El expediente llegó hasta allí luego de que una denuncia por usurpación radicada en la comisaría séptima de Abasto recayó en la UFI Nº 2, a cargo de Betina Lacki. La fiscal, consideró que era procedente pedir el desalojo, y con el aval del juzgado de Garantías Nº3, a cargo de Pablo Raele, avanzó hasta que quedó en pausa por una apelación de la Defensoría Oficial Nº 10. Luego fue reactivada por la Cámara.

A quince kilómetros del centro platense, con un frente de alrededor de 350 metros sobre la avenida 520 entre 213 y 216, y un “fondo” de casi un kilómetro, las tierras en disputa fueron utilizadas en el siglo pasado para la actividad ganadera vinculada con el aledaño Matadero Municipal; hacia el sur las cruza una acequia que forma parte de la cuenca alta del arroyo Rodríguez.

En 1988, ya en manos de un empresario textil y dirigente deportivo local, una parte fue adquirida por la Comuna, permuta mediante, para cederla a una cooperativa de viviendas “de interés social”. A mediados de los años ‘90, el campo fue alquilado y acondicionado para su explotación por una tradicional familia de productores hortícolas platenses.

En 2001, la firma dueña de los terrenos, con la AFIP y la dirección provincial de Rentas como principales acreedores, entró en cesación de pagos y luego quebró. En los años siguientes, diferentes lotes fueron arrendados a productores en pequeña escala de morrones, cebolla de verdeo, lechuga y puerros.

“Todo esto perteneció a la empresa Texlen, que quebró y sus dueños fallecieron, y debe pasar a dominio del Estado” dijo Berdesegar, quien agregó: “tenemos la expectativa de que se presente una ley de expropiación, como ocurrió en otros barrios, y se posponga el desalojo por seis meses para avanzar en las soluciones habitacionales. Vamos a tomar diferentes medidas para evitar que se lleve a cabo el desalojo que está previsto para este miércoles”.

TEMOR

En tanto, distintos quinteros y vecinos de la zona expresaron su preocupación por lo ocurrido. Los primeros cuentan con apoyo de la Asociación de Productores Hortícolas, que se solidarizaron con las familias afectadas por la toma, lo que generó “serios perjuicios económicos a numerosas familias”, apuntaron.

La semana pasada hubo protestas callejeras por parte de los usurpadores de las tierras que sembraron más temor e incertidumbre entre los vecinos de la zona, que expresaron su preocupación por el destino de las tierras que están tomadas desde hace más de dos semanas.