El mal uso del WhatsApp entre padres, un nuevo detonante del acoso escolar

Aunque la idea era ponerse de acuerdo con el disfraz de los chicos para un acto escolar, el diálogo entre madres en el grupo de chat del colegio no tardó en descarrilar. Bastó que una propusiera encargarlos a una modista para que otra se sintiera discriminaba por no poder afrontar un gasto semejante y la acusara de tener mala intención. Entre viejos reproches y planteos desmedidos, la charla derivó en un intercambio de insultos y amenazas que al día siguiente continuó durante un recreo con dos grupos de compañeros enfrentados por el tema de los disfraces y una nena llorando desconsolada por lo que otras decían de su mamá.

El caso, que ocurrió este año en una primara de La Plata, describe bien un fenómeno que los expertos aseguran que se ha vuelto cada vez más común. Los grupos de chat de padres y madres del colegio –tan útiles para compartir deberes, recordar acontecimientos escolares, organizar cumpleaños y otras tantas actividades de los chicos- son también un terreno donde afloran roces disputas y acusaciones entre padres que terminan repercutiendo seriamente en el ámbito escolar.

“Cuando nos convocan de escuelas para intervenir en algún conflicto o brindar un taller, cada vez resulta más común encontrarse que atrás de esos conflictos en el aula hay una situación que se originó entre padres en el grupo el Whatsapp. A veces surgen porque una mamá hizo un comentario competitivo o despectivo con respecto a otras, o reaccionó impulsivamente ante alguna situación que la afectó, pero también suelen verse actitudes claramente discriminatorias en el chat”, cuenta Mónica Bornia.

Coordinadora del Equipo de Conflictos en el Ámbito Escolar de la Defensoría del Pueblo de la Provincia, Mónica asegura que el uso inadecuado de los grupos de chat del colegio se ha vuelto un nuevo detonante de situaciones de acoso escolar porque no sólo dispara conflictos que luego se trasladan al aula sino porque tiende a convalidar además la impulsividad de algunos chicos hacia sus compañeros.

REACCIONES IMPENSADAS

Frases como “les pido que nos fijemos cómo educamos a nuestro hijos”, “a mi nene volvieron a robarle las figuritas y me dice que fue Mateo” o “Clara no va ir al cumpleaños porque se llevan mal con Inés” son ejemplos de mensajes que desencadenan las reacciones más variadas de los participantes del grupo, exponen a los niños a riesgos innecesarios y no ayudan a resolver los conflictos inherentes a la convivencia escolar, explican los expertos.

De ahí que el equipo de la Defensoría que se dedica a asesor a directivos y padres en el manejo de conflictos escolares recomienda como primera medida no tratar ningún tema relevante a personal a través del chat. Y es que “además de que esta conducta expone a los chicos frente a sus compañeros, el propio medio, lejos de solucionar los conflictos, los tiende a agravar”.

En los talleres que lleva adelante la Defensoría, se recomienda a los padres “no fomentar los rumores y las críticas, preservando la intimidad de los alumnos y acudiendo a los docentes o a la dirección antes de compartir con el todo el grupo situaciones particulares en el ámbito educativo”.

Los especialistas desaconsejan también plantear estas situaciones desde una perspectiva individualista, donde ciertos niños son considerados el “problema” y proponen, por el contrario, “la participación de todos los actores sociales y la planificación de estrategias consensuadas que fomenten la inclusión, el respeto y la tolerancia”.

“Es necesario generar espacios de diálogo con los niños, niñas y adolescentes, darles la palabra y escuchar qué les está pasando, qué los llevó a actuar de esa forma, entendiendo que sus acciones emergen en un contexto social complejo, del que todos somos parte”, menciona Alice Sarachu, la psicóloga infantil del Área de Niñez de la Defensoría

RESPONSABILIDAD DE GRANDES

Por otra parte, con el fin de evitar que se vulneren los derechos del niño, la coordinadora del Equipo de Conflictos en el Ámbito Escolar, Mónica Bornia, sugiere que “estos grupos no deben usarse para comentar problemas entre niños o entre alumnos y docentes, que pueden resolverse de manera privada”.

El mal uso de chat del colegio se ha vuelto un nuevo detonante de situaciones de acoso escolar porque no sólo dispara conflictos que luego se trasladan al aula sino porque tiende a convalidar además la impulsividad de algunos chicos hacia sus compañeros

Aunque resulta una práctica muy utilizada, el envío masivo de fotos no es aconsejable. “Los padres no deberían viralizar imágenes o videos de los alumnos que puedan derivar en situaciones de vulneración de derechos”, explica Bornia.

Sarachu advierte que “es necesario reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos los adultos en proteger los derechos de los niños, niñas y adolescentes y en el cuidado respetuoso de su intimidad, evitando la exposición de sus vidas, de los vínculos con sus compañeros y de las tensiones o conflictos que puedan surgir en el grupo de pares.”

“A lo largo de la primaria y la secundaria los chicos están atravesando una etapa de construcción de su identidad, un proceso que subjetivo que se da en relación con los otros. En ese proceso necesitan tener junto a ellos a adultos referentes que con acciones concretas les trasmitan recursos simbólicos para resolver los conflictos que se dan habitualmente en todos los grupos a nivel inter vincular. En lugar de eso, hoy se ven muchos padres y madres que se ponen en un lugar de paridad con respecto a sus hijos y que no saben resolver ellos mismos los conflictos en forma no impulsiva, sin caer en discusiones y peleas con otros padres, como suele verse en Whatsapp. Y eso impacta directamente sobre los chicos porque los convalida en un lugar más impulsivo en su relación con sus compañeros”, explica Sarachu.

En esa línea, agrega que “es fundamental que los padres o adultos responsables participen de las situaciones que los chicos viven en la escuela, pero estando presentes, generando consensos en el encuentro con docentes y directivos. Y así de importante también es fortalecer los lazos de confianza con sus hijos, darles la palabra, escuchar sus vivencias y cuestionamientos, no negar los conflictos sino acompañarlos en su tramitación y transmitir valores en acciones concretas de respeto por el otro, de compañerismo, de tolerancia, de solidaridad.”

Por ello, los integrantes del Equipo coinciden en que los padres deben ser conscientes de que son educadores en todo momento. “Tenemos que pensar que las redes sociales o el WhatsApp son nuevas tecnologías que avanzan rápidamente -dicen-. Por eso es necesario que las conozcamos e incorporemos para poder acompañar a los niños en el aprendizaje de su uso responsable, teniendo en cuenta los beneficios y riesgos que eso conlleva”.