La Plata menos querida y las patas en la fuente

La postal del martes a la noche mostró a la Ciudad que nadie desea: la del descontrol, la incertidumbre y la de la angustia de miles y miles de platenses que no encontraban cómo regresar a sus casas. En una realidad vertiginosa, donde todo pasa a gran velocidad y una penuria tapa a la otra, a veces cuesta dimensionar la magnitud de las cosas. Pero ¿hay descalabro más grave que el que provoca en una ciudad la abrupta parálisis del transporte público? Había que ver a gente caminando por la avenida 60 rumbo a Berisso o por las banquinas del Belgrano en dirección a Gonnet, en la noche de un día muy lluvioso, para advertir la situación a la que fue condenada una inmensa cantidad de gente. Las paradas albergaban a vecinos desconcertados, impotentes, angustiados... Todo por un conflicto que se salió de control, que lleva ya varias semanas y que se origina en una protesta minúscula y anárquica llevado a cabo con las herramientas de la patota.

A lo largo de esta semana EL DIA ha detallado las aristas del conflicto así como sus penosas consecuencias. Quedó expuesto un litigio que no tiene brújula, que parece fogoneado por internas sindicales y derivó, ese martes de descontrol, en el ataque a choferes a los que obligaban a detener sus colectivos en calle 7 y les pinchaban las cubiertas. Escenas del Lejano Oeste en La Plata 2016.

Entre el pasado y el presente, la semana terminó con una foto que parece degradar la propia historia del peronismo. “Las patas en la fuente”, convertidas en un ícono de la movilización obrera que le dio forma y vida al 17 de octubre del 45, fue recreada durante la marcha de la CTA por el ex vicepresidente Boudou, el líder de Quebracho Esteche, el piquetero Luis D`Elía y el ex vicegobernador Mariotto (ver foto de la semana). Quizá los comentarios sobren y la imagen hable por sí sola. No hace falta marcar distancias y diferencias entre aquellos trabajadores del 45 y los imitadores de este viernes.

Pero hay que reconocer que la foto le puso una imagen llamativa a una semana con demasiadas reiteraciones. Las fotos de Cristina Kirchner o José López en Comodoro Py ya no llaman la atención de nadie; las elecciones universitarias en La Plata aportaron pocas sorpresas; el atropello de la Universidad contra Medicina (a la que ahora le quitaron una escuela en la que se dictan cuatro carreras para salud) tampoco es algo nuevo, como no lo son los exabruptos de Donald Trump ni los pasos de baile del presidente Macri al ritmo de Gilda.

El país, mientras tanto, empieza a bailar el ritmo de fin de año.